San Pedro Sula, Honduras.
Desde hace años las trabajadoras sexuales sampedranas tienen la obligación de ir una vez al mes al centro de salud Miguel Paz Barahona a realizarse las evaluaciones médicas requeridas.
Juan Ramón Medina, director del centro de salud, dijo que las más responsables son quienes trabajan en centros nocturnos.
“Para estos lugares es requisito que las muchachas que trabajan ahí estén en control permanente. Ellas vienen mensualmente a hacerse control de enfermedades de trasmisión sexual, incluyendo VIH, además de citología y todo lo necesario para asegurar la salud de ellas y del resto de la población”, explicó Medina.
Además de las servidoras sexuales también se mantiene en control a la población de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGTBI).
Con el programa se ha logrado mantener en estabilidad la cantidad de casos de personas infectadas con VIH. Sin embargo, quienes trabajan en las calles es más difícil que lleguen a los chequeos porque nadie se los exige.
Desde hace años las trabajadoras sexuales sampedranas tienen la obligación de ir una vez al mes al centro de salud Miguel Paz Barahona a realizarse las evaluaciones médicas requeridas.
Juan Ramón Medina, director del centro de salud, dijo que las más responsables son quienes trabajan en centros nocturnos.
“Para estos lugares es requisito que las muchachas que trabajan ahí estén en control permanente. Ellas vienen mensualmente a hacerse control de enfermedades de trasmisión sexual, incluyendo VIH, además de citología y todo lo necesario para asegurar la salud de ellas y del resto de la población”, explicó Medina.
Además de las servidoras sexuales también se mantiene en control a la población de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGTBI).
Con el programa se ha logrado mantener en estabilidad la cantidad de casos de personas infectadas con VIH. Sin embargo, quienes trabajan en las calles es más difícil que lleguen a los chequeos porque nadie se los exige.
