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Miles de familias en Honduras viven bajo la sombra del incesto

  • 06 julio 2015 /

Muchos casos de incesto son descubiertos hasta que la víctima queda embarazada.

San Pedro Sula, Honduras.

“Nadie se acercará a alguna pariente cercana suya para conocer su desnudez”, dijo Dios a Moisés, según relata el libro de Levítico 18:6 de la Biblia; sin embargo, a pesar de que la mayoría de familias hondureñas creen en la religión cristiana, miles viven bajo la sombra del incesto.

Expertos en el tema explican que irónicamente a pesar de que se descubren cientos de casos cada año en el país, hablar de incesto sigue siendo un tabú dentro de la sociedad hondureña.

“Es una conversación incómoda que generalmente se prefiere evitar, lo cual solo facilita el que continúe sucediendo”, expresó el sociólogo Orlando Tinoco.

Según el patrón identificado por las autoridades hondureñas y organizaciones que vigilan la situación de la niñez, cuando hay abuso sexual entre familiares, la mayoría de las veces esto permanece en la clandestinidad durante varios años antes de llegar a ser descubierto.

“El problema del incesto no ha sido abordado con la fuerza necesaria ni por las autoridades ni por la sociedad de Honduras”, cuestionó Tinoco.

Las cifras muestran que esto es verdad y que los abusos entre familiares tienen un gran impacto social que hasta ahora han sido subestimados, pues en general cuando de abusos contra menores se trata, más del 90% son casos de incesto.

A pesar de la alta incidencia, menos de seis casos al mes son denunciados en el Ministerio Público.
Según estadísticas de las autoridades, más del 80% de los casos de incesto se presentan en zonas rurales.

Hacinamiento

Según el sociólogo hay condiciones específicas en las que se está demostrado que se suele presentar con mayor frecuencia la intimidad carnal entre familiares.

“Vemos que los índices de incesto predominan en los grupos sociales más vulnerables económicamente, donde la familia es numerosa y viven en condiciones de hacinamiento”, indicó Tinoco.

Según los análisis de los sociólogos, el machismo tiene gran porcentaje de responsabilidad en los incidentes de abuso sexual en las familias.

Los porcentajes son claros en evidenciar esta tendencia, pues 98% de los casos de incesto en Honduras son de una figura masculina hacia una víctima femenina, que por lo general es menor de edad.

“Hay padres que tienen la mentalidad de que sus hijas no pueden ser de nadie más que de ellos”, indicó Tinoco.

Sin embargo, no solo los padres cometen incesto en el territorio hondureño, pues también son muchos los casos de abusos sexuales de abuelos a nietas, de hermanos a hermanas, de tíos a sobrinas o de primos a primas.

También dentro de la clasificación de incesto entran aquellos casos en los que un padrastro abusa de sus hijastras.

Diversas organizaciones no gubernamentales dedicadas a estudiar la situación de la niñez en el país indican que sería fundamental implementar un proceso de educación a menores que están en situación de riesgo para prevenir que no sean víctimas de abusos carnales dentro de la familia.

Ignorancia

El tema del incesto es tan poco abordado en Honduras que, incluso, muchos ignoran que en las leyes hondureñas está señalado como delito.

El Código Penal contiene en el Título II los que son considerados delitos contra la libertad e integridad física, sicológica y sexual de las personas. Dentro de este se encuentra el Capítulo I en el que se habla de la violación, estupro, ultraje al pudor y rapto.

Es aquí donde la ley determina que es incesto todo acceso carnal, ya sea por vía vaginal, anal o bucal con ascendientes o descendientes, entre hermanos, o en relación entre adoptante y adoptado, con madrastra o padrastro.

Las penas por este delito van de cuatro a seis años de cárcel, aunque aumentará un año y medio más en los casos en que la afectada sea menor de edad.

El siquiatra Edwin García manifestó que las víctimas de incesto sufren una serie de perjuicios que van más allá de lo físico, pues su parte emocional es afectada de tal manera que se convierte en el daño más grave que recibe la persona que es víctima de abuso por un familiar.

Los efectos sicosociales son enormes en quienes han estado sometidos a accesos carnales de alguien dentro del seno de su familia, pues estos desarrollan una serie de problemas incluso para convivir en la sociedad o para comunicarse con otras personas.

Otro severo trauma que enfrentan las víctimas de incesto es su impedimento para desarrollar su vida sexual de manera normal.

Según el experto, para quienes han sufrido abuso por parte de un familiar es muy difícil volver a confiar en los demás, lo cual es comprensible, pues vienen de ser ultrajados por las personas que se supone estaban a cargo de cuidarlos.

Según García, los menores o adultos que sean rescatados de situaciones de incesto forzado deben ser puestos inmediatamente en tratamiento para que logren superar su trauma lo antes posible.
“La ayuda profesional es vital para las víctimas de incesto”, indicó el siquiatra.

El doctor Eduardo Bueso lamentó que en Honduras no haya estudios sociales y médicos dedicados a analizar la realidad del incesto en el país.

“Es fundamental contar con instrumentos que ayuden a tener una visión sobre este tema, porque es un problema moral, legal y es un riesgo genético”.

Silencio

Según datos del Ministerio Público, las víctimas de incesto en su mayoría son niñas; pero también hay una gran cantidad de casos en que varones son víctimas de abuso por familiares.

Sin embargo, estos casos son aún más difíciles de descubrir, pues los niños varones son más reservados y son más propensos a callar.

Según análisis de la Fiscalía, hay tres principales obstáculos para que los casos de incesto sean descubiertos.

La primera razón es que los menores que están en condición de abuso carnal por lo general están bajo amenazas y por eso no cuentan a nadie lo que están sufriendo.

Otro problema según las autoridades es que muchas familias, incluso tras descubrir un caso de incesto, prefieren mantenerlo en secreto para evitar la vergüenza pública.

La tercera razón es que los niños víctimas, en su inocencia, piensan que son ellos los que están haciendo algo malo, por lo que guardan su dolor en secreto. Esto conlleva a que una gran cantidad de casos no lleguen nunca a ser judicializados.

Debido a eso, cuando se descubren casos de niños que están siendo víctimas de abuso sexual el Ministerio Público tiene como estrategia dirigir el comienzo de la investigación a familiares o personas cercanas a los menores.

El área urbana no está libre de casos de incesto; aunque autoridades admiten que la mayor incidencia está en el área rural. El Ministerio Público envía el mensaje a las víctimas de incesto para que cuenten lo que están viviendo a otro familiar, a un maestro, vecino u otros para que no continúen viviendo sometidos al abuso sexual. Garantizan a los menores proteger sus identidades.