San Pedro Sula, Honduras.
Más embellecida que nunca, la catedral San Pedro Apóstol abrió ayer sus puertas a cientos de feligreses que celebraron a su santo patrono con una solemne misa presidida por monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula.
Como todos los años, los sampedranos finalizaron las celebraciones por el aniversario de la ciudad con una multitudinaria eucaristía en honores a los apóstoles San Pedro y San Pablo.
El presbiterio, encabezado por monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis y el obispo auxiliar Rómulo Emiliani, inició los actos litúrgicos a las 10:00 am con la presencia del nuncio apostólico en Honduras, monseñor Novatus Rugambwa.
El representante del papa Francisco en el país agradeció a Garachana por haberlo invitado a participar en la eucaristía.
“La Iglesia necesita los dos, el firme fundamento de la profesión de San Pedro y la energía misionera de San Pablo. Sin los ejemplos de los dos, sin el carácter y los dones de los dos, la Iglesia no puede ser la Iglesia verdadera de Cristo”, expresó Rugambwa en su mensaje.
En su homilía, monseñor Garachana incitó a los fieles a reflexionar sobre la calidad de fe que profesan en Jesús.
“Jesús lo que quiere es que se miren a sí mismos, que reflexionen sobre cómo están viviendo su fe, cómo es la fe, qué calidad de fe tienen los discípulos. Esa pregunta nos la hace Jesús hoy a nosotros”.
El obispo pidió a la congregación regocijarse de la alegría que les da el creer. “Vivamos esa alegría, sintámonos dichosos por creer, no nos avergoncemos de la fe. Al contrario, que se desborde en nuestra vida, en nuestra manera de ser esa alegría de la fe”. El prelado se refirió a la situación actual del país.
“En la situación que estamos viviendo en Honduras podríamos hacer estas aplicaciones. Quien cree en Jesús, que es el Señor, no tiene otros ídolos, no cae en la idolatría del poder, en la idolatría del tener, en la idolatría de la imagen. Jesús es el Señor, no otros. Quien cree en Jesús no cae en los comportamientos de la mentira, del engaño, de la corrupción”, aseveró.
El obispo señaló que es necesario ponernos en el lugar del hijo de Dios antes de tomar nuestras propias decisiones.
“Cada uno de nosotros según nuestra vocación y profesión podemos preguntarnos: ¿qué haría Jesús en mi lugar?
La mayoría de súplicas de los feligreses hechas al santo patrono fueron paz para el país y sobre todo para la ciudad, oportunidades de trabajo y salud.
Más embellecida que nunca, la catedral San Pedro Apóstol abrió ayer sus puertas a cientos de feligreses que celebraron a su santo patrono con una solemne misa presidida por monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula.
Como todos los años, los sampedranos finalizaron las celebraciones por el aniversario de la ciudad con una multitudinaria eucaristía en honores a los apóstoles San Pedro y San Pablo.
El presbiterio, encabezado por monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis y el obispo auxiliar Rómulo Emiliani, inició los actos litúrgicos a las 10:00 am con la presencia del nuncio apostólico en Honduras, monseñor Novatus Rugambwa.
El representante del papa Francisco en el país agradeció a Garachana por haberlo invitado a participar en la eucaristía.
“La Iglesia necesita los dos, el firme fundamento de la profesión de San Pedro y la energía misionera de San Pablo. Sin los ejemplos de los dos, sin el carácter y los dones de los dos, la Iglesia no puede ser la Iglesia verdadera de Cristo”, expresó Rugambwa en su mensaje.
En su homilía, monseñor Garachana incitó a los fieles a reflexionar sobre la calidad de fe que profesan en Jesús.
 Cientos de feligreses llegaron ayer a dar honores al santo patrono en la catedral.
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El obispo pidió a la congregación regocijarse de la alegría que les da el creer. “Vivamos esa alegría, sintámonos dichosos por creer, no nos avergoncemos de la fe. Al contrario, que se desborde en nuestra vida, en nuestra manera de ser esa alegría de la fe”. El prelado se refirió a la situación actual del país.
“En la situación que estamos viviendo en Honduras podríamos hacer estas aplicaciones. Quien cree en Jesús, que es el Señor, no tiene otros ídolos, no cae en la idolatría del poder, en la idolatría del tener, en la idolatría de la imagen. Jesús es el Señor, no otros. Quien cree en Jesús no cae en los comportamientos de la mentira, del engaño, de la corrupción”, aseveró.
El obispo señaló que es necesario ponernos en el lugar del hijo de Dios antes de tomar nuestras propias decisiones.
“Cada uno de nosotros según nuestra vocación y profesión podemos preguntarnos: ¿qué haría Jesús en mi lugar?
La mayoría de súplicas de los feligreses hechas al santo patrono fueron paz para el país y sobre todo para la ciudad, oportunidades de trabajo y salud.
