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Femicidios, violencia doméstica y sexual, los delitos que más sufren las hondureñas  

  • 11 junio 2015 /

Según informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres en Tegucigalpa

Tegucigalpa, Honduras

Los delitos que más sufren las mujeres hondureñas por la violencia que afecta a su país son los femicidios, la violencia doméstica y los abusos sexuales, revela un informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres en Tegucigalpa.

En lo que respecta a muertes violentas, la ciudad de San Pedro Sula (norte), la segunda más importante del país, registró en los últimos 10 años 580 casos de femicidios, seguida por Tegucigalpa, con 406, añade el estudio 'Violencia y Seguridad ciudadana. Una mirada desde la perspectiva de género'.

El diagnóstico, que ha contado con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), fue presentado en la Casa de las Naciones Unidas con la participación de representantes de varios municipios del país centroamericano, que registra altos índices de violencia.

La investigación sobre violencia y seguridad ciudadana fue hecha en los municipios de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choloma, Tela y La Ceiba, los últimos cuatro en el norte de Honduras.

Las menores entre los 10 y 14 años de edad son las más afectadas por violencia sexual, indicó la asesora especialista en género de la ONU Margarita Bueso.

Agregó que el segundo sector más afectado por violencia sexual es el de las jóvenes entre los 15 y 19 años.

'Ambos grupos representan el 71 por ciento' de las víctimas, añadió Bueso en la presentación del diagnóstico, al que además asistieron representantes de organizaciones de mujeres y del Poder Judicial, entre otros invitados.

Bueso señaló que, según el estudio, el 90 por ciento de los delitos sexuales en el país son contra niñas y mujeres, y que a partir de 2009 'los delitos sexuales se incrementan en las niñas de 10 a 14 años, sin que existan datos que expliquen las razones de esos abusos'.

En Honduras, el femicidio fue tipificado como delito en 2013, pero hasta ahora no hay ingresos por eso en los juzgados penales o en los tribunales de sentencia, añadió la experta.

En lo que respecta al acceso a la Justicia, el diagnóstico indica que entre 2008 y 2014 fueron llevados a los juzgados 102.766 casos de violencia doméstica a nivel nacional, pero se observa que el 54 por ciento, más de la mitad, caducaron antes de tener cualquier respuesta por parte del sector judicial.

Las cifras reflejan la alta mora judicial que sigue imperando en Honduras, según diversos organismos defensores de mujeres.

Según el diagnóstico, los actores responsables de los femicidios identificados en los cinco municipios donde se hizo el estudio están relacionados con el crimen organizado, pandillas conocidas como 'maras', redes de narcotráfico y trata de personas.

'En muchos de los casos, las mujeres fueron asesinadas por su relación de convivencia con hombres vinculados directamente a estas redes. Son identificados también hombres que mantienen o han mantenido una relación sentimental, de convivencia o de acoso sexual con la víctima', subraya el estudio.

En el evento hubo consenso sobre la importancia que tiene la formación en valores del ser humano desde su niñez, comenzando en el hogar, pasando por la escuela y demás espacios en los que después se desenvolverá.

La vicealcaldesa de San Pedro Sula, Lilia Umaña, dijo a Efe que el gobierno local de esa ciudad impulsa varios proyectos sociales a favor de la niñez y la mujer.

También ejecuta programas de capacitación en participación comunitaria a mujeres que son microempresarias, lo mismo que con grupos familiares y centros educativos, agregó.

Umaña señaló, entre otras cosas, que en muchos casos la violencia contra las mujeres sigue campeando porque estas no denuncian desde el momento en el cual comienzan a ser maltratadas.

Algunas interponen la denuncia hasta que han sido maltratadas por quinta, décima o enésima vez, o hasta que son remitidas a un hospital donde ya no pueden ocultar de lo que han sido víctimas.