Sus innovadores servicios públicos han convertido a Curitiba, Brasil, en modelo para otras ciudades del mundo.
Aunque San Pedro Sula está lejos de asemejarse a Curitiba, hay un factor común determinante para su crecimiento: la iniciativa.
También hay potencia en infraestructura para crear un sistema integral de transporte. Así lo dijo Carlos Laux Guillén, ingeniero civil ambientalista y director de una comunidad de sostenibilidad de la Municipalidad de Curitiba.
El experto llegó a la ciudad para disertar sobre el manejo de desechos sólidos en la ExpoConstruye 2015 y conversó en exclusiva con LA PRENSA.
Curitiba nació con la vocación de ser ciudad modelo y siempre está la necesidad de crear proyectos para que siga siendo una ciudad ejemplo. La gestión de reciclaje comenzó en los 80. En los años 60 se le dio más énfasis a la preservación ambiental. Allí empezó la creación de parques y de los ejes de transporte.
Todo comenzó con el sistema de tránsito rápido y todo el diseño urbano fue por la red de transporte. La comunidad lo aceptó muy bien. El 85% utiliza el transporte público; el 15% restante, transporte privado y las bicicletas. Cada año aumenta de 30 a 40% el número de ciclistas.
Como era un proyecto innovador, fue la estrella para los bancos internacionales de inversión y vinieron inversiones con bajas tasas de interés o cero intereses.
Es una ciudad limpia. Eso me ha impresionado mucho. Algunos diseños arquitectónicos me llamaron la atención. Por ejemplo, los muros de las casas son muy altos, poco se ve de los jardines y se utiliza mucho el vehículo particular. Veo mucha voluntad de querer cambiar las cosas.
Aquí veo una capacidad muy grande de hacer una red de transporte público integrado muy bueno.
Tienen mucho espacio para hacer esas canaletas exclusivas para transporte. Es una ciudad con mucha facilidad.
San Pedro Sula tiene mucha potencia. Tiene el espacio necesario, sus calles son muy anchas, pueden comenzar pintando algunas calles para ciclistas y peatones.
Lo que funcionó en Curitiba es que el ciudadano tiene mucha voz, los políticos cambian, pero las políticas públicas no cambian jamás. Allá (en Curitiba) no tomamos ni un paso sin antes tener muchas reuniones con la comunidad.
Tenemos que tener claro que el vehículo solo es un medio de transporte, pero nacimos con dos pies y se tiene que respetar el patrón de movilidad peatonal.
En Curitiba, cada persona anda en su vehículo una tarjeta con sus datos y los semáforos tienen lectores y si leen en la tarjeta que la persona tiene más de 60 años, entonces tarda un 15% más el semáforo en cambiar.
Los semáforos son controlados por el transporte público. Ellos tienen la preferencia en las calles que son solo para transporte público.
Hay que hacer una jerarquía de las calles, una calle principal y dejar una vía aunque sea para transporte alternativo, que sea solo para eso, y una más angosta para uso peatonal. Es muy barato. Que haya señales que indiquen a la gente cuál es el camino rápido y el más largo. Es sencillo.
El más importante es el respeto ciudadano, escuchar a los pobladores.
El segundo es pensar que el tipo de desarrollo de modelo americano de mundo europeo no se mantiene más; hay que adecuarlo a nuestras necesidades. El tercero es la creatividad y creo que lo que he visto en los hondureños es que son muy creativos.