19/04/2024
05:13 PM

'La peor experiencia de mi vida es haber sido diputado': Edmundo Orellana

Edmundo Orellana asegura que perdió credibilidad en la justicia hondureña

Tegucigalpa, Honduras.

Su prolífica trayectoria por el aparato estatal lo ha convertido en experto y su defensa por la Constitución de la República en un valiente. Se trata de Edmundo Orellana, dedicado a la docencia y a las consultorías en la actualidad. Aseguró que perdió la credibilidad en la justicia hondureña y ve con muchas dificultades al partido político que pertenece.

La expereriencia adquirida lo volvió sutil: renunció a la Secretaría de Defensa unos días antes de la destitución de Manuel Zelaya del Poder Ejecutivo en 2009.

-¿Por qué está decepcionado del sistema judicial de Honduras?

Fui magistrado de la Corte de Apelaciones de lo Contencioso Administrativo. Conozco muy bien el sistema, a fondo, y es ese conocimiento el que me permite decepcionarme. Las sentencias se dictaban caprichosamente en los tribunales, ahora es peor porque antes teníamos buenos jueces.

-¿Qué cargo le faltó ocupar en el sistema público?

Ninguno de los cargos que tuve los busqué, ni el de fiscal. Es más, fui fiscal por una casualidad, porque no era el candidato del presidente Carlos Roberto Reina, de nadie. Me pidieron mi currículum para relleno pero el candidato fuerte era Armando Aguilar Cruz. Se opusieron a esta propuesta en el Congreso y fue cuando me mandaron a llamar.

-¿Cómo califica su paso por el Ministerio Público?

Fue una lucha sin cuartel con la oposición de los políticos, militares y policías porque los comenzamos a procesar. Varios se fueron del país, procesamos a políticos y entraron a la cárcel algunos por corrupción. El problema del Ministerio Público es que se metieron los políticos y prostituyeron la institución.

-¿Ha funcionado la desmilitarización del expresidente Carlos Roberto Reina?

Fue una buena decisión y lo sigue siendo. No se debe militarizar la sociedad ni las instituciones estatales porque los militares no deben ser distraídos de su alta función, su labor es mucho más excelsa: defender el país con su vida. Un funcionario público no da la vida por el país, el militar sí.

-¿Ante la ola de criminalidad, es válido que los militares apoyen al Gobierno?

Lo que debe hacerse es depurar la Policía Nacional. De nada sirve que metamos a los militares y dejar a la policía tal y como está. La depuración no va por buen camino.

-¿Ante la ola de criminalidad, es válido que los militares apoyen al Gobierno?

Lo que debe hacerse es depurar la Policía Nacional. De nada sirve que metamos a los militares y dejar a la policía tal y como está. La depuración no va por buen camino.

-¿Todavía tiene en sus planes buscar la presidencia?

Hice la campaña para la precandidatura a la presidencia por el Partido Liberal. En política no hay que descartar nunca nada.

-¿Cuál es el problema del Partido Liberal?

Que desde hace muchos años no ha logrado conectarse con la juventud y no se ha preocupado. Los nacionalistas hasta tienen un instituto para crear líderes.

-¿Qué puede destacar de su paso por la Secretaría de Defensa?

Fue muy fugaz, cuatro meses. Entré en febrero y en junio me fui.

-¿Su renuncia es porque avizoraba la expulsión de Manuel Zelaya del Poder?

No, lo que sí miré fue un debilitamiento institucional. Todo mundo perdió el juicio, unos por insistir en cosas que ya eran perdidas y los otros por aprovecharse. Ese interino de siete meses ni siquiera conocemos cómo se manejó.

-¿Sintió que podía salir involucrado en el tema de la cuarta urna?

No, yo había aclarado mi posición desde meses antes. Estaba de acuerdo con una cuarta urna y con una nueva Constitución, lo que sí estuve en desacuerdo y lo estaré siempre es la reelección presidencial y eso lo supo Zelaya desde un inicio.

-¿Aún cree que es necesaria una nueva Constitución?

Por supuesto, como constitucionalista estoy convencido que es un adefecio jurídico. Desde hace mucho tiempo vengo insistiendo que la Constitución ya no responde a nuestra realidad.

-¿En qué momento deja de apoyar a Zelaya?

Cuando el juez libró la orden de que ya no se podía hacer la cuarta urna y le dije a “Mel”, aquí ya no, hay una orden judicial. Le dije que no podía, que hasta allí llegaba por mi formación de jurista. Le dije que si seguíamos estábamos desconociendo el Estado de Derecho y una orden judicial la debemos de cumplir aunque no nos parezca.

-¿Se pudo evitar la tragedia del 28 de junio?

Claro que sí. Cuando él (Zelaya) destituyó al jefe del Estado Mayor, yo puse mi renuncia. Se decidió que se iba a posponer la cuarta urna por 15 días para seguir negociando. Si eso se hace, no hay golpe de Estado. Hicimos el documento, yo lo hice con Eduardo Enrique Reina y el presidente lo iba a leer en los términos que lo escribimos. Faltaban unas horas para el 28 y al trasladarse al salón Morazán, leyó el documento pero no lo de los 15 días.

-¿Qué lo hizo cambiar en cuestión de segundos?

Parece que lo agarraron en el camino de la oficina al salón y le dijeron que no retrocediera. Esa gente es la que después le dio la espalda, lo dejaron solo.

-¿Le dijo alguna vez a Zelaya “te lo advertí”?

Nunca le he dicho eso porque creo que se plantearon claramente las cosas que no hubo necesidad.

-¿Por qué renunció al Congreso en 2009?

No tenía sentido llegar al Congreso a alegar por el golpe de Estado, era validar lo que hicieron. Ni los cheques retiré.

-¿Cuál es el cargo que menos ha disfrutado en el Estado?

Debo reconocer que la peor experiencia de mi vida ha sido ser diputado, hay que tener mucha paciencia. No regresaría nunca.

-¿Qué experiencia le dejó el cargo de canciller?

Muchas. Manejamos la crisis alimentaria y el tema de Petrocaribe. Con el tema del Golfo de Fonseca avanzamos con Nicaragua pero con El Salvador no, ellos están convencidos de que Honduras no debe tener salida al Pacífico.

-¿Por qué no apoya la reelección presidencial?

Nunca las segundas partes fueron buenas.