San Pedro Sula, Honduras.
Cinco personas ingresaron los días 24 y 25 de diciembre al hospital Mario Rivas con quemaduras de segundo grado causadas por la manipulación de pólvora.
Pese a la advertencia de las autoridades de no utilizar pólvora, durante estas fiestas ya se cuentan ocho menores y tres adultos quemados.
La noche de 24 de diciembre fue remitido desde la comunidad de Tacamiche, San Manuel, Cortés, donde es residente, un niño de nueve años con quemaduras de segundo grado en las piernas provocadas por un volcán. “La mamá relata que él estaba en el patio de la casa y niños que jugaban en la calle tiraron un volcán que le cayó en las piernas”, contó Jessica Pérez, relacionista del Rivas.
Emérita García (29) fue el segundo ingreso por quemaduras de pólvora en vísperas de Navidad. La afectada contó que una bomba le explotó en la mano izquierda debido a que no le dio tiempo de tirarla.
Aunque reside de La Ceiba se encontraba celebrando Nochebuena con familiares en el barrio Cabañas de esta ciudad. A la 1:30 am del jueves llegó al centro asistencial un jovencito de 16 años residente de la colonia La Jutosa, Choloma, por quemaduras de segundo grado en la mejilla izquierda. “Él contó que iba pasando cuando estaban reventando cohetes en la calle y sintió caliente la cara. No sabe qué lo quemó”, declaró Pérez. La mañana del 25 de diciembre también fue atendido un niño de siete años, residente del municipio de Yorito, Yoro, quien presentaba quemaduras en el ojo derecho.
“Este menor dijo que un grupo de niños había terminado de quemar cohetes y él fue a recoger los que no habían explotado, los abrió y les prendió fuego. El fuego le alcanzó el ojito”. A Maynor Fernández (24) los médicos tuvieron que amputarle parte del cuarto dedo de la mano derecha. Merlin Fernández, presidente de la comisión interventora del hospital, manifestó que la atención médica de un paciente con quemaduras por pólvora cuesta un promedio de 15 mil lempiras diarios y dependiendo de la gravedad de las lesiones puede costar hasta 20 mil.
“Todos vienen remitidos de fuera, de zonas aledañas de San Pedro Sula, probablemente porque no tienen condiciones para atenderlos”, indicó.
Cinco personas ingresaron los días 24 y 25 de diciembre al hospital Mario Rivas con quemaduras de segundo grado causadas por la manipulación de pólvora.
Pese a la advertencia de las autoridades de no utilizar pólvora, durante estas fiestas ya se cuentan ocho menores y tres adultos quemados.
La noche de 24 de diciembre fue remitido desde la comunidad de Tacamiche, San Manuel, Cortés, donde es residente, un niño de nueve años con quemaduras de segundo grado en las piernas provocadas por un volcán. “La mamá relata que él estaba en el patio de la casa y niños que jugaban en la calle tiraron un volcán que le cayó en las piernas”, contó Jessica Pérez, relacionista del Rivas.
Emérita García (29) fue el segundo ingreso por quemaduras de pólvora en vísperas de Navidad. La afectada contó que una bomba le explotó en la mano izquierda debido a que no le dio tiempo de tirarla.
Aunque reside de La Ceiba se encontraba celebrando Nochebuena con familiares en el barrio Cabañas de esta ciudad. A la 1:30 am del jueves llegó al centro asistencial un jovencito de 16 años residente de la colonia La Jutosa, Choloma, por quemaduras de segundo grado en la mejilla izquierda. “Él contó que iba pasando cuando estaban reventando cohetes en la calle y sintió caliente la cara. No sabe qué lo quemó”, declaró Pérez. La mañana del 25 de diciembre también fue atendido un niño de siete años, residente del municipio de Yorito, Yoro, quien presentaba quemaduras en el ojo derecho.
“Este menor dijo que un grupo de niños había terminado de quemar cohetes y él fue a recoger los que no habían explotado, los abrió y les prendió fuego. El fuego le alcanzó el ojito”. A Maynor Fernández (24) los médicos tuvieron que amputarle parte del cuarto dedo de la mano derecha. Merlin Fernández, presidente de la comisión interventora del hospital, manifestó que la atención médica de un paciente con quemaduras por pólvora cuesta un promedio de 15 mil lempiras diarios y dependiendo de la gravedad de las lesiones puede costar hasta 20 mil.
“Todos vienen remitidos de fuera, de zonas aledañas de San Pedro Sula, probablemente porque no tienen condiciones para atenderlos”, indicó.
