Tegucigalpa, Honduras.
Ni las intensas campañas para evitar la compra de cohetes, ni los ejemplos de niños con sus manos quemadas, sirvieron a los hondureños en esta Navidad.
En San Pedro Sula se supo preliminarmente que dos menores resultaron con quemaduras producto de los explosivos que detonaron por montones la noche de Navidad, y en Tegucigalpa son cinco los quemados por la misma causa.
En la capital, tres de estos casos los recibió el Hospital Escuela la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre.
El primer caso es el de una niña de 10 años a quien le estalló un mortero en su mano derecha. A la pequeña le tuvieron que amputar uno de sus dedos.
Según Tomasa Aguirre, madre de la pequeña, la niña encontró el artefacto explosivo en el piso de la cocina de su hogar en Intibucá, y al colocarlo en la palma de su mano, explotó.
El segundo caso fue el de Ulises Pineda, de 23 años, originario de La Paz, quien sufrió quemaduras en su pierna luego de que un silbador le incendiara su pantalón.
Un tercer adulto ingresó al Hospital Escuela al sufrir quemaduras en su mano derecha por el estallido de un mortero, sin embargo, no se brindó la identidad de la víctima.
Más víctimas
El hospital de Especialidades del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) también registró el ingreso de dos personas quemadas.
Una de ellas fue una pequeña de cuatro años, residente en la 3 de Mayo, y que fue víctima de quemaduras de segundo grado en parte de su pierna y abdomen.
Según el doctor Gaspar Rodríguez, pediatra de turno, la pequeña sufrió las quemaduras luego de que el vestido que utilizaba en Nochebuena se incendiara al caerle un silbador.
Otro derechohabiente ingresado fue Álvaro Adalid Dávila Ardón, de 29 años. Al joven le estalló un mortero en su mano derecha.
Según su relato, el estallido lo sufrió al quitarle el explosivo a un menor en la colonia Los Pinos.
En San Pedro Sula no hubo acceso a amplia información sobre las víctimas de pólvora que dejó la Nochebuena.
Según informó un médico, los afectados por los estallidos de petardos son un niño que resultó con quemaduras en la cara y una niña que se quemó una pierna. Ambos se encuentran internos en la sala de emergencia pediátrica. Hoy se darán a conocer más detalles de sus casos. En otras ciudades del país no se reportaron más víctimas.
Ni las intensas campañas para evitar la compra de cohetes, ni los ejemplos de niños con sus manos quemadas, sirvieron a los hondureños en esta Navidad.
En San Pedro Sula se supo preliminarmente que dos menores resultaron con quemaduras producto de los explosivos que detonaron por montones la noche de Navidad, y en Tegucigalpa son cinco los quemados por la misma causa.
En la capital, tres de estos casos los recibió el Hospital Escuela la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre.
El primer caso es el de una niña de 10 años a quien le estalló un mortero en su mano derecha. A la pequeña le tuvieron que amputar uno de sus dedos.
Según Tomasa Aguirre, madre de la pequeña, la niña encontró el artefacto explosivo en el piso de la cocina de su hogar en Intibucá, y al colocarlo en la palma de su mano, explotó.
El segundo caso fue el de Ulises Pineda, de 23 años, originario de La Paz, quien sufrió quemaduras en su pierna luego de que un silbador le incendiara su pantalón.
Un tercer adulto ingresó al Hospital Escuela al sufrir quemaduras en su mano derecha por el estallido de un mortero, sin embargo, no se brindó la identidad de la víctima.
Más víctimas
El hospital de Especialidades del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) también registró el ingreso de dos personas quemadas.
Una de ellas fue una pequeña de cuatro años, residente en la 3 de Mayo, y que fue víctima de quemaduras de segundo grado en parte de su pierna y abdomen.
Según el doctor Gaspar Rodríguez, pediatra de turno, la pequeña sufrió las quemaduras luego de que el vestido que utilizaba en Nochebuena se incendiara al caerle un silbador.
Otro derechohabiente ingresado fue Álvaro Adalid Dávila Ardón, de 29 años. Al joven le estalló un mortero en su mano derecha.
Según su relato, el estallido lo sufrió al quitarle el explosivo a un menor en la colonia Los Pinos.
En San Pedro Sula no hubo acceso a amplia información sobre las víctimas de pólvora que dejó la Nochebuena.
Según informó un médico, los afectados por los estallidos de petardos son un niño que resultó con quemaduras en la cara y una niña que se quemó una pierna. Ambos se encuentran internos en la sala de emergencia pediátrica. Hoy se darán a conocer más detalles de sus casos. En otras ciudades del país no se reportaron más víctimas.
