19/04/2024
01:57 PM

Berlín se deleita con violinista hondureño

El sampedrano trabaja en Alemania como músico y se destaca por sus interpretaciones. Lamenta el poco interés de las autoridades en apoyar a sus colegas.

San Pedro Sula, Honduras.

Fue el único de los cuatro hijos de la familia Escoto Ferrera al que realmente apasionó la música tanto como a su padre. Rodolfo Antonio Escoto Ferrera trae tanto en los genes el amor por la música que cuando tenía unos días de nacido, la única forma de calmar su llanto era poner en su ambiente la música clásica de orquestas europeas.

Su amor desmedido por los acordes, la armonía y las partituras lo ha llevado a brillar en los grandes ambientes culturales de Berlín, Alemania, donde forma parte de una orquesta joven y fundó su propio cuarteto de violines, dejando en alto el talento hondureño.

Origen

Su talento fue desarrollado desde muy pequeño por Raúl Escoto, su padre, quien además fue uno de los fundadores de la emblemática escuela de música Victoriano López de San Pedro Sula. A los ocho años tuvo a su propia catedrática Yumico Nakamura, japonesa, para luego dedicarse toda su vida a un romance eterno con las cuerdas de su violín, con el cual encontró mayor pasión y que lo acompaña hasta la fecha.

“Cuando decidí a los seis años dedicarme a aprender un instrumento, mi madre me preguntaba preocupada si realmente quería tocar el violín o si era mi padre el que me había influenciado porque lo intentó y fracasó con mis dos hermanos”, relata entre risas el maduro músico.

Aunque en su adolescencia luchó con su afición al fútbol, como buen sampedrano, para ensayar y disfrutar de una “buena potra” las ganas de sobresalir en la música por medio de su instrumento lo hicieron sacrificar incluso su gusto por el balón.

Al final, el violín tuvo más peso en su corazón y llegó un momento de su vida en que rechazó los partidos de fútbol por una cita a solas con la música clásica. Escoto recuerda que incluso recibió burlas de sus compañeros de colegio porque prefirió muchas veces su instrumento de madera obsequiado por su padre, fabricado en 1712, que las últimas técnicas del deporte más laureado de Honduras.

Su paso por la escuela experimental de música y la Victoriano López de esta ciudad realizó el sueño de estudiar y vivir de la música; sin embargo, se enfrentaría al reto de todo músico hondureño. Ser ignorado por las autoridades lo obligó a llevar sus sueños fuera de su tierra y lo consiguió con la pasión que ya tenía firme.

Experiencia

Luego de culminar sus estudios de secundaria llegó a Tegucigalpa para formar parte por unos siete años de la orquesta que existió hasta el año 2000 en la capital.

Cuando se abrió la posibilidad de obtener una beca para ir a Estados Unidos a seguir creciendo como músico, no lo pensó dos veces para buscar obtenerla.

“Me tocó redoblar esfuerzos, pero mis ganas de salir adelante con mi pasión me permitieron conseguir una audición y al superarla pude obtener una beca a Estados Unidos”, relata Escoto.

Estar en tierras norteamericanas nunca fue su principal meta, por lo que solo se quedó siete años y emprendió el viaje de su vida.

Fue en 2004 cuando logró ir de Estados Unidos a Madrid, España y se convirtió en un músico multifuncional. Su excelencia, talento y calidad le permitieron tocar en varias orquestas de la ciudad, viajar a Sevilla con algunos famosos comediantes latinoamericanos e impartir clases privadas a españoles y latinos. Todavía faltaba una escala en el viaje que la música le estaba dando.

Luego de hacer amistades en España fue conociendo la cultura alemana y el apoyo e importancia que le dan a la música en ese país. Esa era su meta final y comenzó de nuevo a esforzarse; aprendió la lengua y ahorró lo necesario para llegar a Berlín, la ciudad que lo ha recibido con los brazos abiertos.

Hace tres meses, el extraordinario músico sampedrano llegó a la ciudad luego de 10 años lejos de su familia. La pérdida de su padre también fue motivo suficiente para volver al populoso barrio El Benque.

De la Honduras que dejó extraña mucho: además de su padre, la seguridad que hace 10 años era mejor que ahora.