16/04/2024
04:18 PM

Luis Vijil, estudiante hondureño nacido para ser excelente

El joven alumno de la carrera de Odontología tiene el mejor índice académico de la Unah-vs.

San Pedro Sula, Honduras.

Desde que estaba en la escuela, Luis Antonio Vijil Ayala destacaba por sus calificaciones. Todo indicaba que iba a brillar en su carrera universitaria y así es.

Las distancias y dificultades económicas no impiden que este joven, originario de Santa Bárbara, brille en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs).

Mantiene un índice académico de 96%, solo superado por una egresada de Derecho, cuyo índice fue 99%.

La Unah-vs -a través de la subdirección de Desarrollo Estudiantil en Cultura, Artes y Deportes- reconoció el pasado miércoles a los 900 mejores estudiantes del centro, cuyos índices eran mayores al 80%. En esa premiación hubo un espacio especial para nombrar a Luis y tres alumnos más por tener los índices más altos de la regional del Valle de Sula.

Con tan solo 20 años ha conquistado el mundo. Al comienzo quería estudiar Medicina, pero no logró el cupo que tanto anhelaba. Hoy, en Odontología lleva 26 clases aprobadas, pero pide un espacio para ser médico.

Cuando tenía 18 años se trasladó desde su natal pueblo hasta San Pedro Sula para vivir solo y estudiar, aprovechando la beca que la máxima casa de estudios le brinda lejos de sus padres Antonio Vigil y Nohemi Ayala.

Foto: La Prensa

Luis Antonio Vijil recibió un reconocimiento por su excelencia académica.
Adaptación. El universitario sufrió los primeros días de su mudanza para alcanzar lo que tiene hasta ahora. Llegar de una tierra tranquila como Santa Bárbara hasta la bulliciosa ciudad de San Pedro Sula fue algo complicado.

Mientras realizaba la Prueba de Aptitud Académica en septiembre de 2012 encontró a una persona que alquilaba un apartamento en las cercanías de la universidad y sus padres dieron el visto bueno para que esa fuera su casa durante los próximos cinco años.

Su presupuesto asciende a los L5 mil para pagar su casa y comer los tres tiempos. Su madre costea sus gastos. Su padre lucha contra el desempleo y eso lo motiva más para honrarlos. Eso les dice cada fin de semana que regresa a su casa.

“El clima fue lo más difícil de asimilar para mi. Allá en Santa Bárbara hay un ambiente natural, pero en esta ciudad hay temperaturas extremas”, confiesa Luis Antonio.

Convivir con la soledad los primeros meses fue frustrante, agrega Vijil, que tuvo sus primeros amigos hasta la tercera semana de clases en la Universidad.

El universitario extraña la calidez de los santabarbarenses. “A veces hace falta la hospitalidad. Allá la gente busca la manera de ayudar a los que más lo necesitan”.

El joven es objetivo y a pesar del sufrimiento de los primeros días recuerda que la razón de su estadía en San Pedro Sula no es la comodidad, sino cumplir sus sueños con la medicina.

Foto: La Prensa

Luis Antonio durante la práctica en laboratorios de la carrera de Odontología.
Brillante. Luis Antonio Vijil no tiene tiempo para la discoteca y las fiestas. Además de que la inseguridad es un motivo extra para no salir, la mayoría del tiempo pasa estudiando o en la Universidad.

A la fecha no sabe lo que es reprobar una clase y está seguro que el 70% aprobado en las reformas académicas no será problema si las clases son impartidas por docentes que le hagan mérito a la profesión.

“La clase de química orgánica ha sido la que más me ha hecho sudar, pero por lo demás he podido responder. Soy de las personas que en lo teórico soy muy ágil y en lo práctico debo prestar más atención”, admite el maestro de primaria, pues estudió magisterio en la Normal de Santa Bárbara.

Haber conseguido un premio por tener el índice más alto de los estudiantes de la Unah-vs es una responsabilidad que lo compromete a dar más todavía.

“Quiero dar más de lo que puedo y mi sueño es ser un médico. Por eso trato de dar lo mejor en las clases que llevo ahora”, expresa.

Su destacado desempeño ha hecho mella en el centro regional universitario a tal punto que ya es el encargado de coordinar actividades en uno de los laboratorios de la carrera que estudia momentáneamente.

El reto está claro para Luis: graduarse, volver a Santa Bárbara y seguir el camino de la excelencia.