Tegucigalpa, Honduras.
Las polémicas concesiones económicas que se les otorgaron a los empresarios del transporte de Tegucigalpa que manejarán el Trans 450 comprometen seriamente las finanzas municipales en los próximos años y no garantizan que los capitalinos gozarán de mejores tarifas, advirtieron miembros de la Corporación Municipal.
En una polémica y dividida decisión, la Corporación de Tegucigalpa aprobó una cláusula del contrato de operación del Trans 450 en la que asume la responsabilidad de pagar a los transportistas la diferencia en caso de que no se logre la meta diaria de movilización de 112,000 personas.
Si el movimiento diario es mucho menor que esa cantidad, la ciudad tendrá que pagarles la diferencia a los transportistas. Además, los empresarios se quedan con la mayor tajada del proyecto, puesto que solo trasladarán al municipio el 7% de sus ganancias.
Esta cláusula favorece a la empresa Inversiones Múltiples del Transporte (Invermut), a la cual la alcaldía le otorgó la operación de este novedoso sistema de transporte público.
La concesión se decidió con cinco votos a favor y seis en contra. Votaron a favor el alcalde Nasry Asfura, los regidores Erick Rodríguez, Silvia Montalbán, Martín Fonseca y Javier Velásquez, todos del PN, y Faiz Sikafi del PL.
Los que se opusieron a la concesión fueron Jorge Zelaya (PN), Carleton Dávila (Pac), Marcia Villeda (PL), María Luisa Borjas y Rafael Barahona (Libre).
Se conoció que la decisión fue tan polémica que a última hora tuvo que llamarse al regidor Faiz Sikafi, amigo del alcalde Asfura y quien ese día estaba ausente, para inclinar la balanza y lograr que la entrega del Trans 450 fuera a favor de los transportistas.
Los regidores coinciden en que esta concesión es dañina a los intereses económicos de la ciudad porque tiene varias cláusulas que favorecen a los empresarios, pero van en detrimento de las finanzas de la Municipalidad.
El proyecto del Trans 450 le cuesta a la ciudad más de 21 millones de dólares, unos 420 millones de lempiras.
Actualmente, uno de los tramos principales está concluido, pero se encuentra inoperable porque los buses articulados no han sido adquiridos aún.
El último trecho vial, que inicia en las cercanías de Emisoras Unidas y termina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), ni siquiera ha comenzado a construirse, pero se ha avanzado en la terminal de los buses que se encuentra a un costado del Estadio Nacional.
Onerosos pagos
Rafael Barahona, regidor de Libre, comentó que las cláusulas polémicas del contrato son la 21, que va amarrada con la número 49, que se refiere a la remuneración, y también la 30 y la 41.
“Esas cuatro cláusulas son las que se tienen que analizarse bien para determinar que prácticamente el subsidio que hoy paga el Gobierno va a pagarse del presupuesto municipal”, dijo.
Eso implica que Invermut tiene garantizado un pago de 800,000 lempiras diarios, indistintamente de si solo se montan cien, mil o cinco mil personas en los buses.
“Si de la tarifa que se cobre o los usuarios que demanden ese servicio solo se recogen 500,000 lempiras en un día, entonces para completarles el pago los otros 300,000 saldrán de los fondos municipales”, dijo.
Indicó que esa cláusula lesiona los presupuestos municipales a partir de 2016, cuando el proyecto comienza a operar. El regidor nacionalista Jorge Zelaya dijo que no estuvo de acuerdo con esta decisión porque consideró que debió dársele un poco más de estudio.
Opinó que el mayor beneficio lo reciben los empresarios del transporte y la Municipalidad apenas captará entre 7 y 10% de toda la operación, lo cual es incongruente por toda la inversión que ha hecho la ciudad.
Las polémicas concesiones económicas que se les otorgaron a los empresarios del transporte de Tegucigalpa que manejarán el Trans 450 comprometen seriamente las finanzas municipales en los próximos años y no garantizan que los capitalinos gozarán de mejores tarifas, advirtieron miembros de la Corporación Municipal.
En una polémica y dividida decisión, la Corporación de Tegucigalpa aprobó una cláusula del contrato de operación del Trans 450 en la que asume la responsabilidad de pagar a los transportistas la diferencia en caso de que no se logre la meta diaria de movilización de 112,000 personas.
Si el movimiento diario es mucho menor que esa cantidad, la ciudad tendrá que pagarles la diferencia a los transportistas. Además, los empresarios se quedan con la mayor tajada del proyecto, puesto que solo trasladarán al municipio el 7% de sus ganancias.
Esta cláusula favorece a la empresa Inversiones Múltiples del Transporte (Invermut), a la cual la alcaldía le otorgó la operación de este novedoso sistema de transporte público.
 Miembros de la Corporación Municipal advierten que se compromete el presupuesto municipal de los próximos 18 años que dura la concesión.
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Los que se opusieron a la concesión fueron Jorge Zelaya (PN), Carleton Dávila (Pac), Marcia Villeda (PL), María Luisa Borjas y Rafael Barahona (Libre).
Se conoció que la decisión fue tan polémica que a última hora tuvo que llamarse al regidor Faiz Sikafi, amigo del alcalde Asfura y quien ese día estaba ausente, para inclinar la balanza y lograr que la entrega del Trans 450 fuera a favor de los transportistas.
Los regidores coinciden en que esta concesión es dañina a los intereses económicos de la ciudad porque tiene varias cláusulas que favorecen a los empresarios, pero van en detrimento de las finanzas de la Municipalidad.
El proyecto del Trans 450 le cuesta a la ciudad más de 21 millones de dólares, unos 420 millones de lempiras.
Actualmente, uno de los tramos principales está concluido, pero se encuentra inoperable porque los buses articulados no han sido adquiridos aún.
El último trecho vial, que inicia en las cercanías de Emisoras Unidas y termina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), ni siquiera ha comenzado a construirse, pero se ha avanzado en la terminal de los buses que se encuentra a un costado del Estadio Nacional.
Onerosos pagos
Rafael Barahona, regidor de Libre, comentó que las cláusulas polémicas del contrato son la 21, que va amarrada con la número 49, que se refiere a la remuneración, y también la 30 y la 41.
“Esas cuatro cláusulas son las que se tienen que analizarse bien para determinar que prácticamente el subsidio que hoy paga el Gobierno va a pagarse del presupuesto municipal”, dijo.
Eso implica que Invermut tiene garantizado un pago de 800,000 lempiras diarios, indistintamente de si solo se montan cien, mil o cinco mil personas en los buses.
“Si de la tarifa que se cobre o los usuarios que demanden ese servicio solo se recogen 500,000 lempiras en un día, entonces para completarles el pago los otros 300,000 saldrán de los fondos municipales”, dijo.
Indicó que esa cláusula lesiona los presupuestos municipales a partir de 2016, cuando el proyecto comienza a operar. El regidor nacionalista Jorge Zelaya dijo que no estuvo de acuerdo con esta decisión porque consideró que debió dársele un poco más de estudio.
Opinó que el mayor beneficio lo reciben los empresarios del transporte y la Municipalidad apenas captará entre 7 y 10% de toda la operación, lo cual es incongruente por toda la inversión que ha hecho la ciudad.
