16/04/2024
07:25 AM

El corazón de las siamesas no resistió más de 11 días

Las niñas fallecieron por insuficiencia cardíaca. Las pequeñas estaban unidas por el tórax y compartían dos órganos: el hígado y el corazón.

San Pedro Sula, Honduras.

En medio del dolor, Alex Ortega y Johana Anariba, padres de las siamesas, llegaron ayer al hospital Mario Catarino Rivas, como todos los días desde el 10 de octubre, a reclamar los cuerpecitos de sus primogénitas.

Las siamesas unidas por el tórax fallecieron a las 12:40 de la madrugada por complicaciones cardíacas.

Los estudios que se les practicaron el día después de que nacieron revelaron que compartían el hígado y tenían solo un corazón, que mantenía a las dos con vida.

Por esa razón, los médicos explicaron que la intervención quirúrgica no era un procedimiento factible y advirtieron que de realizarse solo aumentaría el riesgo de muerte para las dos.

Dolor. Johana Yamileth Anariba, madre de las niñas, no pudo ocultar su dolor. Foto: Franklyn Muñoz

Johana Yamileth Anariba, madre de las niñas, no pudo ocultar su dolor. Foto: Franklyn Muñoz.
Condición

Merlín Fernández, presidente de la comisión interventora del hospital, refirió que las niñas sufrieron complicaciones desde el pasado lunes.

“Sabíamos que las condiciones de salud eran precarias y que la probabilidad de sobrevivencia era muy remota.

A los padres se les habló y concienció sobre el desenlace que tendrían las niñas”, dijo Fernández.

Así sucedió

En horas de la tarde del pasado lunes se les avisó que el corazón de las siamesas había comenzado a fallar y que rechazaban la alimentación vía sonda.

“Hicimos todo lo posible por mantenerlas con vida.

Se consultó con diferentes especialistas en el extranjero y la opinión de todos fue que no se podía hacer la operación para separarlas”, manifestó.

Fe

Samuel Santos, neonatólogo, dijo que esto era algo que ya se esperaba.

“Las niñas entraron en insuficiencia cardíaca.

En la medida que ellas iban creciendo y el ritmo cardiaco aumentaba, el corazón debía hacer mucho esfuerzo para mantenerlas vivas a las dos, por lo que era muy difícil que vivieran por mucho tiempo”, explicó.

El padre de las siamesas dijo que ellos tenían la fe de que sus hijas iban a sobrevivir.

“Vamos de regreso a nuestra casa en Valle Bonito (La Libertad, Comayagua) para enterrar a las niñas.

Los doctores hicieron lo que pudieron, pero se hizo la voluntad de Dios.

Ya habíamos registrado sus nombres, se llamaban Mía Samanta y Stefanie Johana”.