San Pedro Sula, Honduras.
Aunque aún no hay ningún caso sospechoso de ébola en el país, las autoridades de Salud han ordenado a los principales centros asistenciales de cada ciudad capacitar al personal.
En el caso de San Pedro Sula, el hospital Mario Catarino Rivas comenzó con los talleres impartidos por profesionales internacionales.
“Tenemos video-conferencias de nivel central con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los países de la región para compartir conocimientos y experiencias con las naciones que han vivido esta enfermedad”, explicó Luisa María Pineda, epidemióloga del Rivas.
La Dirección General de Vigilancia de la Salud, a nivel nacional, ha tomado medidas y mantiene reuniones con las autoridades de Turismo y Migración para ver cómo se refuerzan los puntos de entrada al país y que al momento de detectar un caso sospechoso aislarlo para que no se vaya a desarrollar un brote en Honduras.
Pineda dijo que si la enfermedad llegara a entrar al país “tendría un impacto bastante severo”. Merlín Fernández, presidente de la Comisión Interventora del hospital, explicó que las indicaciones que les han dado se derivan de un plan de contingencias.
“En caso de ébola tenemos que estar mejor preparados con medios para evitar el contagio. Por ejemplo, la protección del personal y de quienes estén en contacto con los portadores de la enfermedad. Hay 70 trajes que fueron utilizados para manejo de pacientes con H1N1 y podrían servir para proteger al personal en caso de un brote de ébola.
Además, hay un espacio en la parte de atrás del hospital, casi en frente de las emergencias que tiene capacidad para unas 20 camas, que en principio sería el área de aislamiento. Si se saliera de control tendríamos que dar de alta o dejar de ingresar a pacientes con patologías que no pongan en riesgo la vida, para dar espacios en áreas de hospitalización y de emergencia”, concluye.
Aunque aún no hay ningún caso sospechoso de ébola en el país, las autoridades de Salud han ordenado a los principales centros asistenciales de cada ciudad capacitar al personal.
En el caso de San Pedro Sula, el hospital Mario Catarino Rivas comenzó con los talleres impartidos por profesionales internacionales.
“Tenemos video-conferencias de nivel central con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los países de la región para compartir conocimientos y experiencias con las naciones que han vivido esta enfermedad”, explicó Luisa María Pineda, epidemióloga del Rivas.
La Dirección General de Vigilancia de la Salud, a nivel nacional, ha tomado medidas y mantiene reuniones con las autoridades de Turismo y Migración para ver cómo se refuerzan los puntos de entrada al país y que al momento de detectar un caso sospechoso aislarlo para que no se vaya a desarrollar un brote en Honduras.
Pineda dijo que si la enfermedad llegara a entrar al país “tendría un impacto bastante severo”. Merlín Fernández, presidente de la Comisión Interventora del hospital, explicó que las indicaciones que les han dado se derivan de un plan de contingencias.
“En caso de ébola tenemos que estar mejor preparados con medios para evitar el contagio. Por ejemplo, la protección del personal y de quienes estén en contacto con los portadores de la enfermedad. Hay 70 trajes que fueron utilizados para manejo de pacientes con H1N1 y podrían servir para proteger al personal en caso de un brote de ébola.
Además, hay un espacio en la parte de atrás del hospital, casi en frente de las emergencias que tiene capacidad para unas 20 camas, que en principio sería el área de aislamiento. Si se saliera de control tendríamos que dar de alta o dejar de ingresar a pacientes con patologías que no pongan en riesgo la vida, para dar espacios en áreas de hospitalización y de emergencia”, concluye.
