San Pedro Sula, Honduras.
La crisis desatada por el desabastecimiento de frijoles, especulación de precios y efectos negativos de la sequía en el país ha hecho que la mayor parte de los sectores adquieran conciencia.
Ese es el caso del diputado Alberto Chedrani, quien llevó unas 1,500 libras de frijoles a las madres que habitan en los marginales bordos de Río Blanco, en San Pedro Sula, donde residen unas 10 mil familias. En los últimos meses se han disparado las alertas a nivel nacional debido a la pérdidas ocasionadas por el fenómeno de El Niño y por la especulación de los valores. Eso ha ocasionado terribles vacíos en las mesas de los hogares hondureños, sobre todo en los de quienes menos recursos poseen.
“Me siento bien al servir a esta gente que hace años vive en estos cordones de miseria y es lo menos que debemos hacer”, manifestó Chedrani.
El congresista recordó que este es el mismo pensamiento del presidente Juan Orlando Hernández y su esposa Ana García de Hernández.
Chedrani cree que las 10 mil familias que viven en estos bordos deben ser reubicadas en lugares más dignos. El Gobierno y la Municipalidad se unirán con ese propósito.
La crisis desatada por el desabastecimiento de frijoles, especulación de precios y efectos negativos de la sequía en el país ha hecho que la mayor parte de los sectores adquieran conciencia.
Ese es el caso del diputado Alberto Chedrani, quien llevó unas 1,500 libras de frijoles a las madres que habitan en los marginales bordos de Río Blanco, en San Pedro Sula, donde residen unas 10 mil familias. En los últimos meses se han disparado las alertas a nivel nacional debido a la pérdidas ocasionadas por el fenómeno de El Niño y por la especulación de los valores. Eso ha ocasionado terribles vacíos en las mesas de los hogares hondureños, sobre todo en los de quienes menos recursos poseen.
“Me siento bien al servir a esta gente que hace años vive en estos cordones de miseria y es lo menos que debemos hacer”, manifestó Chedrani.
El congresista recordó que este es el mismo pensamiento del presidente Juan Orlando Hernández y su esposa Ana García de Hernández.
Chedrani cree que las 10 mil familias que viven en estos bordos deben ser reubicadas en lugares más dignos. El Gobierno y la Municipalidad se unirán con ese propósito.
