15/04/2024
10:59 PM

'Es duro dejar a mis hermanos en esa mina”: pariente de obrero soterrado

Carlos Giovanny Anduray relató los últimos esfuerzos que se hicieron para rescatar a sus dos parientes.

El Corpus, Choluteca, Honduras.

“Es duro tener que dejar a mis dos hermanos en ese túnel”, expresó con desconsuelo e impotencia Carlos Giovanny Anduray tras confirmarse la decisión de suspender las labores de búsqueda en la mina de San Juan Arriba.

Carlos Giovanny es uno de los más afectados por la tragedia, ya que perdió un primo, un tío y a sus hermanos Olbin Omar Anduray Gúnera (18 años) y José Florentino Anduray (26) en el fatal derrumbe ocurrido el 2 de julio anterior.

Los recuerdos de su niñez, sus alegrías y esperanzas al lado de sus dos seres queridos hicieron que este joven curtido por el ardiente sol de la zona sur pierda la compostura y por momentos se quiebre por el dolor.

Carlos, también dedicado a la minería artesanal, no soporta la idea de volver a laborar en la mina y tener que pasar todos los días por el lugar donde yacen los restos de Olbin y José Florentino, sus consejeros y amigos.

El joven recordó los años vividos al lado de sus hermanos, sus consejos, sus bromas y sobre todo el afecto y la protección que le dispensaban.

“Con ellos compartimos y convivimos juntos y es algo que no se puede borrar, trabajábamos juntos y jugábamos siempre”, dijo con lágrimas.

Desde que la mina se vino abajo, él permaneció los diez días que duró la búsqueda al pie de la bocamina y aferrándose a la esperanza de que en cualquier momento encontrarían con vida a sus seres queridos; pero la buena nueva nunca llegó.

Junto a Olbin y José Florentino también quedaron atrapados sus compañeros Aronni Faustino Zepeda Gómez, Edwin Yovani Cárcamo, Santos Felipe López, José Florentino Zepeda, Olbin Omar Anduray Gunera, Santos Emilio Muñoz, Wilmer Catarino Ramírez y Óscar Javier Fúnez.

El sitio exacto donde estos yacen se convertirá en un camposanto en el que se erigirá un monumento en su memoria.

Algunos parientes de las víctimas no aceptaron que estos se queden bajo los promontorios de piedras y que no tengan la posibilidad de un entierro digno y exigieron que se agoten los últimos esfuerzos por rescatar sus cadáveres.

Carlos piensa lo contrario y cree que seguir en los esfuerzos podría ocasionar otra tragedia y dejar huérfanos y viudas en otras familias.

“Como dicen mis compañeros, prefiero que sean ocho y no 18 los muertos”, dijo.

Resignado

“Usted sabe que hicimos hasta lo imposible por encontrarlos, yo más que todo desde que ocurrió el percance me he mantenido en el lugar, yo ingresé con nervios al túnel, pero yo tenía que hacerlo porque sabía que estaban mis hermanos y podíamos encontrarlos”, dijo.

Recordó que la noche anterior hizo su último ingreso al lugar de la mina donde supuestamente se encontraban sus hermanos soterrados y le entró pánico al ver que los túneles estaban casi a punto de derrumbarse.

“Ingresé y realmente me dio pánico, vi que era imposible lograr el objetivo, estuvimos bastante cerca y se buscó por varios lados, pero cuando ya pensamos que se iba lograr nos dimos cuenta que era demasiado riesgoso”, apuntó. El joven relató que en los 10 días que permaneció en la mina nunca vio los cuerpos de sus hermanos ni de sus otros compañeros de labores, desmintiendo así versiones de que muchos pudieron ver sus cadáveres.

En ciertos momentos de la entrevista, Carlos tuvo que parar porque no pudo contener las lágrimas, principalmente cuando se le preguntó sobre el hecho de dejar a sus hermanos tirados en esa tumba obligada.

Escenas desgarradoras de dolor se vivieron ayer luego que los mineros anunciaron su decisión de suspender las labores de búsqueda.

Carlos Giovanny solo tuvo palabras de agradecimiento para los dirigentes y los cientos de voluntarios que colaboraron en los trabajos de rescate y pidió al Gobierno la promesa de construirles un monumento y mejorar la vida de los mineros de la zona del Corpus.

“Nosotros solo queremos que el Gobierno nos cumpla y nos dé la respuesta de lo que nosotros necesitamos para continuar nuestras labores. No sabemos qué vienen, pero le daremos un tiempo para que podamos continuar”, dijo.

Carlos reiteró que es duro tener que volver a la humilde casa de sus padres en la comunidad de Tixcagua Arriba, sin llevar los cuerpos de sus hermanos para poder enterrarlos como se lo merecían.

“Es duro y es difícil, por muy largo tiempo estarán presentes en nuestras mentes y corazones”, comentó entre sollozos.

Comentó que sus hermanos eran el sostén de sus familias y perderlos es algo irreparable que nada podrá llenar. “Sentiremos el vacío porque son dos hermanos que ya no van a estar con nosotros”.

Finalmente, el joven minero confió que el presidente Juan Orlando Hernández cumplirá su promesa de ayudarlos a organizarse y mejorar sus condiciones de vida en esta dura y peligrosa actividad de la minería.