24/04/2024
11:51 PM

Familias de mineros hondureños oran para que se produzca el milagro

Grupos religiosos celebraron cultos y oraciones por los ocho mineros que aún siguen soterrados

El Corpus, Choluteca, Honduras.

No hay consuelo. Cada día aumenta la angustia de ocho familias que desde el miércoles no tienen paz.

Todos están a la espera del milagro para que se encuentre pronto a los ocho hombres que quedaron soterrados en la mina de San Juan de Arriba.

Todos se confortan con la oración que los grupos de las iglesias católicas y evangélicas celebran en sus casas para darles consuelo.

Pese a todas las manifestaciones de solidaridad de los vecinos y amigos de las comunidades el vacío se percibe.

En las viviendas donde la espera es interminable, las madres, esposas e hijos han colocado un altar con una imagen del Cristo y la foto de los mineros. Con una vela encendida elevan sus plegarias pidiendo a Dios su pronto regreso. No saben si volverán a escucharlos, pero quieren verlos vivos o muertos.

“El tiempo pasa y solo queda resignarse. Estamos a la espera, confiando que las autoridades logren rescatarlos. Estamos en una vigilia permanente hasta que nos informen si los encuentran vivos o muertos”, dijo María Josefina Anduray, madre de José Florentivo (25) y Olvin Omar Anduray (19), los dos hermanos que quedaron atrapados en la mina.

Larga espera

A más de 100 horas de espera, la incertidumbre y la desesperación asoma en las familias, sobre todo en aquellas que dependían de los ingresos de los mineros.

Ismaira Rodríguez es la esposa de Santos Felipe López (40). Tienen 18 años casados y han procreado ocho hijos.

“Estamos muy preocupados porque no encuentran a Santos. Si no regresa o lo encuentran muerto nuestro dolor será grande. Quedamos en total desamparo porque el sostenía la casa y ahora yo quedaría con mis hijos sin saber cómo sacarlos adelante”, expresó. Esta familia vive agobiada desde que ocurrió la tragedia, pero no solo ellos están afectados. A pocos metros de la vivienda está la casa de los padres de Santos, en la que Consuelo y Constantino López, lloran.

“Es uno de mis hijos menores, esto no es fácil, pero mantengo la fe. Nos dijeron que hasta hoy se llegaba el plazo de hallarlos, pero esperamos que los sigan buscando. Las autoridades no deben dejarnos esperando, queremos saber dónde están y tenerlos cerca de nosotros” dijo la madre.

En la aldea Tiscagua en dos casas el dolor invade a otras dos familias. María Josefina Anduray y Ana Ramírez, sufren junto a sus padres.

La comunidad extraña a los dos hermanos, Florentino Anduray (25), Alvin Anduray (20), que salieron muy temprano el miércoles para cumplir la jornada de trabajo.

En la casa de los Ramírez no tienen consuelo. Un día antes, le habían celebrado el cumpleaños a Wilmer Ramírez (22).

Pero el luto se traslada a dos comunidades más, las aldeas El Zapotal, donde vivían Arony Faustino Zepeda (23) y Edwin Geovani Cárcamo Martínez (17). Mientras que en La Cuchilla, una esposa e hijos lloran por Santos Emilio Nuñez Muñoz (42), otro de los obreros.

El dolor es compartido en cuatro comunidades que se solidarizan con las familias.