19/04/2024
02:04 PM

¡Conviértanse!, pide el cardenal a criminales en misa de resurrección

Óscar Andrés Rodríguez envió ayer un mensaje para que cesen las muertes violentas.

Tegucigalpa. El cardenal Óscar Andrés Rodríguez cerró las celebraciones de la Semana Santa con un mensaje contundente al crimen organizado para que cesen las muertes y los asesinatos en Honduras.

“Basta ya de muertes y de asesinatos, ¡Cristo ha resucitado!, expresó el cardenal en la homilía del Domingo de Resurrección, y en general fue un mensaje que primó en las liturgias del Jueves y Viernes Santo.

“La resurrección es un mensaje muy exigente, todos aquellos que matan no han entendido a Cristo, no se pueden llamar cristianos, son los mismos que crucificaron al Señor y lo siguen crucificando hoy”, afirmó el arzobispo capitalino.

Rodríguez hizo un llamado a la reflexión a los “sicarios, a los mareros y quien quiera que se dedique a quitarle la vida a otra persona. “¡Conviértanse!, les dijo, crean en la resurrección, pongan a Cristo en sus vidas, de lo contrario nuestra Honduras no va a poder cambiar”, subrayó.

Hiel y vinagre

La vitalidad de la Iglesia Católica se vio reflejada en los distintos actos litúrgicos celebrados en las principales ciudades del país, donde se conmemoró la Pasión, muerte y resurrección de Jesús.

El mensaje de la iglesia fue claro y contundente, tanto para los sacerdotes y laicos como para los gobernantes y gobernados de nuestro país. No podía faltar, también el mensaje de aliento para el pueblo que sufre por la crisis económica, la inseguridad y la falta de empleo.

Monseñor Juan José Pineda, que dirigió los mensajes de las 15 estaciones del vía crucis, dijo que los hondureños sienten el peso de la cruz, el que los hace caer una y otra vez.

El obispo auxiliar lamentó que “muchas veces al pueblo hondureño que clama por justicia, por seguridad y reconciliación “le dan a beber la hiel de la injusticia y el vinagre de la impunidad”. Lo dijo en el marco de su mensaje de la Décima Estación que recuerda el momento en que Jesús es despojado de sus vestiduras y le dan a beber vinagre por agua. Pineda hizo mención al papa Francisco, y dijo que “Jesucristo se refleja en el Papa en cinco ventanas: la del amor, la gracia, la fidelidad, la perseverancia y la de aquel que sabe que dar amor es dar la vida a sus hermanos”.

Además pidió a Dios para que la población hondureña centre su vida en la luz de la cruz y que con el ejemplo de Jesucristo tenga la valentía de sufrir para lograr la vida eterna.

También pidió perdón por los índices de muerte que se registran en Honduras y por la indiferencia de la población ante este flagelo que ubica al país como el más violento del planeta.

Los actos principales de Semana Santa comenzaron el Domingo de Ramos, en que se recordó la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de Jerusalén.

Luego el miércoles y jueves en que el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, como máximo jerarca de la Iglesia Católica hondureña se reunió con los sacerdotes de la zona nororiental y de la arquidiócesis de Tegucigalpa.

Domingo de Resurrección

Las imágenes procesionales que acompañaron el cortejo fúnebre del Santo Entierro el Viernes Santo, en cuyos rostros se reflejan el dolor y vestían trajes luctuosos, ayer lucían sonrientes.

Desde la Virgen de la Soledad, los apóstoles San Juan y San Pedro, la Verónica, Magdalena y María y Marta, con su ropaje elegante y sobrio, daban muestra de la alegría de ir a encontrarse con el Señor Resucitado, que lucía un traje blanco símbolo de pureza, sin dejar de mostrar las llagas dejadas en su costado, pies y manos luego de la crucifixión.

Las imágenes eran transportadas de un lado a otro en señal de que transmitían con alegría y júbilo la buena noticia de que Jesús venció a la muerte y que se cumplió la promesa revelada en las escrituras de resucitar al tercer día.

El momento más emocionante y esperado es el encuentro del Señor resucitado con su madre, representada en la imagen de la Virgen de la Soledad.

El regocijo espiritual se apoderó de los presentes, quienes gritaban “¡El Señor resucitó!” al momento que aplaudían, y se escuchaba la marcha triunfal interpretada por la banda.

Las Carreritas de San Juan, además de ser una procesión solemne, es una de las más alegres y con ella se cierran las celebraciones de la Semana Santa.

Este evento que tiene una duración de 30 minutos, además de ser una dramatización, simboliza el acto sacramental en el que el discípulo amado ve a Cristo vencedor de la muerte.