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Fiesta cívica en traspaso de mando

  • 28 enero 2010 /

El estadio Nacional Tiburcio Carías fue por octava vez el escenario escogido por los mandatarios para el traspaso de mando.

El estadio Nacional Tiburcio Carías fue por octava vez el escenario escogido por los mandatarios para el traspaso de mando.

Esta vez, el acto fue sencillo, pero revestido de solemnidad y patriotismo: los hondureños fueron testigos de los actos de investidura y de uno de los grandes pasos para poner fin a la crisis política en el país.

La peculiaridad de la ceremonia fue que por primera vez un Presidente saliente no estaba en el estrado principal y las razones son conocidas.

El acto empezó con una hora de retraso. Porfirio Lobo Sosa de 62 años ingresó al estadio capitalino de la mano de su esposa Rosa Elena de Lobo y acompañado por sus hijos y demás familiares.

Antes del ingreso del mandatario, arribaron las delegaciones de Panamá, Taiwán y República Dominicana, encabezadas por los presidentes Ricardo Martinelli, Ma Ying Jeou y Leonel Fernández, respectivamente. Otros países enviaron representantes.

También hicieron acto de presencia los presidentes de los dos poderes del Estado: Legislativo y Judicial, y la cúpula militar y policial, que fueron recibidos con los honores correspondientes.

La gran tarea

Porfirio Lobo recibió la Presidencia en medio de la colosal tarea de lograr la reconciliación nacional y el reconocimiento de la comunidad internacional.

Fue una ceremonia inusual, entre aplausos y abucheos, para invitados especiales y nuevos funcionarios, en el estadio Nacional, que no estuvo abarrotado.

Unos 18 pelotones militares se apostaron en la grama del estadio, mientras el coro Amor y Fe entonaba las notas del Himno Nacional de Honduras.

Un rito también tuvo lugar en el estadio cuando una lenca, una garífuna y doña Militina Garaya, la primera mujer que votó en las elecciones de noviembre pasado, quemaron incienso en una fuente de barro lenca, como representación de nuestras raíces.


Reconciliación

En su primer discurso como Presidente tras la juramentación y la imposición de la banda, Lobo Sosa dijo que se le ha demostrado al mundo que somos un país amante de la libertad y la paz.

“Hemos declarado que estamos listos y dispuestos a enfrentarnos unidos al futuro”. Agradeció a su esposa por haberlo acompañado a lo largo de una dura jornada. “Jamás me faltó su apoyo, comprensión y consejo”.

Agradeció a sus padres que desde muy joven le inculcaron el amor por la tierra. “Su ejemplo de rectitud y trabajo ha sido escuela e inspiración para mi vida. Gracias a mi padre Porfirio José Lobo López y a mi madre Rosa Sosa de Lobo. A ellos les debo esa inclinación por los más necesitados, por los más desprotegidos, y la firme convicción de que el diálogo todo lo resuelve, como el instrumento más poderoso que tenemos los seres humanos para superar las diferencias y construir la paz”.

Reconoció el esfuerzo del Partido Nacional de Honduras y de todos los que directa e indirectamente participaron desde cada trinchera para alcanzar este resultado histórico.

El agradecimiento se extendió a los votantes independientes y a los miembros de otros partidos que bajaron sus banderas partidistas, abrazaron su causa y les dieron una abrumadora votación.

“Gracias también a los que no votaron por nosotros porque con su participación fortalecieron la democracia de nuestra patria. A ellos les digo que seré el Presidente para todos, porque Honduras somos todos, Honduras es de todos”.

Ambiente en la capital

La imaginación y la emoción de asistir a la toma de mando presidencial en el estadio Nacional se apoderó de la ciudadanía hondureña.
A pesar de los fuertes rayos del sol, las largas filas para ingresar en el Tiburcio Carías Andino y las rígidas medidas de seguridad, la emoción de los capitalinos se mantuvo en pie esperando ver el cambio de mando presidencial.

Bajo los fuertes rayos del sol, algunas personas repartieron sombreros de cartón y banderitas de Honduras.

Hubo quienes tuvieron suerte de conseguir que les regalaran un cojín para sentarse y protegerse un poco de la dureza del concreto de la gradería del coliseo capitalino.

Al estadio llegaron personas de todas las edades: niños, jóvenes, adultos y ancianos, en compañía de sus familiares. Todos querían una sola cosa: ser parte de la historia y de la investidura del nuevo Presidente.

Participación de Reinaldo Rueda fue sorpresa
“No puedo más que agradecerle a este país que me ha adoptado como un hondureño más. Es una alegría para mí poder relacionar lo que pasó con nuestra Selección Nacional el pasado 14 de octubre con el futuro de Honduras”, dijo el técnico de la Selección Nacional, Reinaldo Rueda, en su participación en la ceremonia de asunción presidencial.

“La clasificación al Mundial de Sudáfrica trascendió las circunstancias políticas, sociales, económicas, culturales y étnicas de la realidad nacional. Ese día todos los hondureños sentimos orgullo de patria”, recordó. “Lo que logramos el 14 de octubre despertó el sentimiento de unidad de los hondureños. Lo hicimos todos por una bandera”, dijo el profesor, que fue uno de los más ovacionados durante su participación.