Ayer por primera vez se celebró en el hospital Mario Rivas el Día Mundial del Prematuro en presencia de decenas de madres que llagaron cargando a sus pequeños milagros.
Carlos Caballero, subdirector del hospital, comenzó su discurso de bienvenida felicitando el trabajo que las enfermeras y los doctores hacen para salvar a estos bebés, pues él mismo es un testimonio de que, con dedicación y amor, los prematuros pueden vivir. “Nací prematuro de peso y por eso les puedo asegurar que sus hijos van a salir adelante, siempre que exista dedicación de sus madres”, dijo el doctor. De 15 a 20 niños llegan todos los viernes a las consultas en el programa Madres Canguro, creado para los prematuros.
Las madres llegan a aprender sobre los cuidados que deben darles a sus hijos. “Muchos niños mueren por el síndrome del bebé sacudido. Requieren cuidado y no pueden ser tratados como los otros. Algunos padres los tiran al aire y los sacuden para que se rían, pero esto le ha provocado a muchos daños en el cerebro”, informó Rosa Zepeda, coordinadora de educación en el área materno infantil.
De 700 partos mensuales en el hospital Mario Rivas, entre 500 y 600 son prematuros.
Según los médicos, esto sucede por no tener control prenatal y por el mal cuidado de las madres en esos meses de gestación.
“La incidencia de prematuros siempre ha sido muy alta. Las madres no tienen buen seguimiento durante su embarazo o desarrollan alguna enfermedad que afecta al bebé y por eso los médicos deciden sacarlo antes de tiempo”, declaró Joaquín Velásquez Zavala, pediatra del centro asistencial.