Tegucigalpa, Honduras.
En ese sentido, Rivera sugirió que “creo que disminuir esa vocación de inyectar odio en el discurso es un elemento importante, empezando por cómo se expresan unos de otros, los funcionarios electorales y pasando por los dirigentes de los partidos y candidatos”.
“Deben disminuir ese discurso incendiario para poder contribuir a evitar violencia antes, durante y después de las elecciones del último domingo de noviembre”, dijo.
El secretario del Foro Nacional de Convergencia (Fonac), Omar Rivera, sugirió que es imperativo bajar el tono a la intensidad de la arenga política en medio de la campaña para salvar los comicios.
También el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Kelvin Aguirre, urgió un pacto por la paz entre todos los partidos políticos, en el cual deben participar iglesias y sociedad civil.
 Omar Rivera, secretario del Fonac
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“Deben disminuir ese discurso incendiario para poder contribuir a evitar violencia antes, durante y después de las elecciones del último domingo de noviembre”, dijo.
Elementos
Reveló que hay “una serie de elementos concretos que constituyen un atraso en el cronograma electoral a los cuales hay que ponerle atención de inmediato”. Entre esos atrasos mencionó “la demora en la emisión de la identidad y por más que digan que se hace un esfuerzo, estamos en la recta final y hay un elevado riesgo que algunos hondureños no tengan la nueva cédula en el tiempo oportuno”.Lea tambíén: Elecciones generales tendrán veeduría de la UE, OEA y la sociedad civil hondureña
“De igual manera, tenemos un problema grave de las inconsistencias domiciliarias y con el lugar de votación de los ciudadanos en función de contar con un voto domiciliario”, señaló.
“En definitiva, necesitamos garantizar elecciones generales justas, honestas, democráticas y transparentes. Para eso se requiere el concurso de los que están en las superficies y los que están en los subterráneos trabajando tras bambalinas”, enfatizó.
“Necesitamos participar todos en este proceso, eso es inobjetable y en ellos hay que incluir las iglesias católica y evangélica, al igual que la academia, empresarios y sociedad civil en general”, sugirió el analista.
