17/04/2024
11:23 PM

Bomberos de Villanueva: 'Estamos vivos de milagro, pero nuestra misión es salvar vidas”

Los 18 apagafuegos vivieron una situación alarmante en el incendio en la planta de gas

Villanueva, Honduras.

Su pasión por salvar vidas demuestran los bomberos todos los días. Solo en ese municipio atienden unas 70 emergencias a la semana.

Accidentes, en su mayoría en la CA-5, incendios y todo tipo de emergencias de unos 200,000 pobladores son a los que acuden constantemente.

Muchas veces son insuficientes en personal y equipo, como el camión de primer rescate, que ya está obsoleto y por su antigüedad permanece la mayoría del tiempo en mal estado.

Una de sus mayores pruebas fue la del pasado 26 de junio. Los 18 bomberos de la estación de Villanueva acudieron sin importarles poner en riesgo sus vidas para salvar las de otros, ya que, según expertos, de no controlar a tiempo el incendio en una estación de gas pudo haber sido una tragedia de al menos cuatro kilómetros a la redonda.

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El sargento José Torres fue uno de los primeros que llegó al incendio en la planta de almacenamiento de Tropigas.

“Estamos vivos de milagro, pero nuestra misión es salvar vidas. Cuando iba para la emergencia les mandé mensaje a mis familiares para que rezaran por nosotros”. Con más de 10 años de servicio, asegura que fue una misión de alto riesgo, pero sin dudarlo él y sus 17 compañeros se trasladaron al lugar donde había miles de galones de gas que ponían en riego a más de 50,000 pobladores de comunidades aledañas.

Torres es estudiante con excelencia académica de la carrera de Derecho en una universidad privada, está casado y tiene un niño de cinco años. Fue en ellos en quienes pensó cuando llegó a la zona cero y se dio cuenta del peligro en el que estaban, pero a pesar de los riesgos ninguno de ellos abandonó la misión y, con apoyo de otras estaciones del valle de Sula, lograron controlar el siniestro.

El sargento Adalid Castillo es otro de los héroes bomberos quien ese mismo 26 de junio estaba a punto de cumplir su mayor sueño, que era graduarse de secundaria, al igual que otros siete bomberos, quienes estaban casi listos para asistir a tan importante evento, pero al recibir el llamado ninguno de ellos dudó en dejar sus compromisos personales para atender el incendio. “Era un día especial porque íbamos a nuestra propia graduación, pero el deber es primero, no asistimos esa noche, por lo que el evento lo celebramos hasta el siguiente día”.