Sectores empresariales y otras asociaciones proponen la realización de debates presidenciales entre candidatos electos de partidos políticos y movimientos independientes, así como de coaliciones, previo a elecciones generales (28 de noviembre).
Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) y otras asociaciones hondureñas suscribieron el acuerdo colaborativo interinstitucional en las últimas horas.
Juan Carlos Sikaffy, presidente del Cohep
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“Tenemos varios años con problemas de inestabilidad política que ha puesto en riesgo la democracia del país e impactó en la vida de los hondureños y teniendo un impacto en la economía personal, nacional y en la inversión extranjera”, expone Sikaffy.
La última elección general en Honduras (2017) contó con un programa de debate presidencial, organizada por la Universidad de San Pedro Sula (USAP). De igual manera, en 2013 se organizó el evento con los candidatos presidenciales de ese entonces, Xiomara Castro (Partido Libertad y Refundación), Juan Orlando Hernández (Partido Nacional), Salvador Nasralla (Partido Anticorrupción), Mauricio Villeda (Partido Liberal) y candidatos de otras corrientes se presentaron al debate.
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Sin embargo, la propuesta de Cohep parte desde la proliferación del debate a nivel nacional y en más de una sesión, similar a como ocurre en otras naciones de Latinoamérica, como México, donde, cada sexenio, al celebrarse elecciones, candidatos se plantan en el debate, visto a nivel nacional por millones de personas, a presentar propuestas.
Compromiso presidencial
El empresario instó a candidatos presidenciales y a partidos políticos a sumarse y apoyar la iniciativa, en aras de contribuir al fortalecimiento de la cultura del debate en la sociedad hondureña. Candidatos
Nasry Asfura, Xiomara Castro, Yani Rosenthal,
Salvador Nasralla, Doris Gutiérrez, Marlon Escoto, Lempira Viana, Marlene Alvarenga, Esdras Amado López y Romeo Vásquez son algunos de los candidatos oficializados por sus corrientes políticas para buscar la presidencia de Honduras. |
Concluyó que el debate presidencial evitaría, en parte, que los candidatos alcancen la victoria únicamente a través de una bandera partidaria, para pasar a reforzar sus candidaturas con la presentación, explicación y argumentación de sus programas gubernamentales.