El compromiso de ayudar a miles de compatriotas en emergencia es incansable para los miembros de la Fuerza Aérea que no han parado en su labor de rescate y en el traslado de alimentos a las zonas afectadas en el valle de Sula.
Decenas de helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña comienzan su jornada desde tempranas horas del día en diferentes aldeas.
Algunas veces, a los pilotos solo les da tiempo de comer una vez al día porque las necesidades en los campos son múltiples.
El piloto Samuel Enrique Zelaya contó que con su tripulación han hecho más de 120 rescates y unas 600 evacuaciones de personas.
3 claves de los rescates: Pilotos hondureños y de Estados Unidos hacen los rescates en todo el país de las personas afectadas por las inundaciones.
1- Atenciones médicas. Las personas que ya tenían una semana de estar atrapadas y son rescatadas por la Fuerza Aérea son recibidas por paramédicos de la Cruz Roja, quienes les dan los primeros auxilios y en caso de gravedad las trasladan de emergencia en ambulancias a centros médicos.
2- Traslado de víveres. En las aldeas que están incomunicadas, las autoridades están llevando comida ya preparada y provisiones completas que incluyen arroz, azúcar, sal, harinas, espaguetis, manteca, café, frijoles, sardinas y otros productos enlatados.
3- Comunidades de rescate. La Fuerza Aérea hizo rescates en las aldeas La Florida, Las Mercedes, Bijao, Urraco, San Juan, Monterrey, Campo Las Flores, Campo Amaya, la Concepción, Tibombo, San Manuel, Yoro, Baracoa, El Progreso, La Corona, Campo Rubí y bajos de Choloma.
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Al ver los helicópteros, miles de personas que aún están incomunicadas se aglomeran alegres, aplauden y gritan esperando con ansias el momento de las entregas de alimentos.
A pesar de estar en riesgo, los pobladores han decidido no evacuar. Sin embargo, algunos de ellos después de tanto sufrimiento deciden subir a los helicópteros para salir a lugares seguros.
Gabriela Molina es una habitante del Campo Flores, en El Progreso, desde lo alto se miraba que al ver el helicóptero tomó a su pequeño hijo en brazos y corrió en busca de auxilio. Los militares sin pensarlo se arriesgan bajando a lugares aún inundados para cargar con niños, ancianos y personas enfermas.
Todos los helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña están trabajando de forma permanente en el rescate de personas de las zonas vulnerables del valle de Sula.
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Yenni Brizuela fue rescatada junto con sus seis hijos. “Pensamos que al pasar los días esto iba a mejorar, pero el agua del río Ulúa aún no baja y ya no teníamos qué comer”.
La hondureña aseguró que jamás imaginó subirse en un helicóptero; en los 20 minutos del viaje cerró sus ojos y no paró de rezar, sosteniéndose firme en una cinta de seguridad, pero al tocar tierra firme, su semblante cambió y sonriendo abrazó a sus hijos.
En la base aérea, los esperaba un grupo de paramédicos de la Cruz Roja hondureña, quienes dan asistencia inmediata a todos los rescatados.
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Juan Torres es habitante del sector de Urraco Pueblo y dijo que siempre ha tenido respeto por las Fuerzas Armadas, “quien no valore lo que ellos hacen es inhumano, arriesgan sus vidas por las nuestras, les agradezco por salvarnos con mi familia”.
Al recorrer los campos bananeros de El Progreso, Tela y los bajos de Choloma, las escenas aún son dramáticas. A pesar de haber pasado ya siete días del paso de la depresión tropical Eta, gran parte de la zona agrícola quedó con daños catastróficos. Se observan centenares de plantaciones bajo el agua, todas destruidas.
Muchas aldeas en los campos de palma africana y en bananeras aún están sumergidas en el agua; y aunque los niveles de los ríos siguen bajando, la zozobra de las inundaciones continúa.
En las labores aéreas también se suma la Fuerza de Tarea Bravo Conjunto de Estados Unidos, que ha hecho centenares de rescates en diferentes zonas del país.