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'Es momento de mostrar la fe en la solidaridad', el llamado del cardenal a los hondureños

  • 05 noviembre 2020 /

El máximo líder de la iglesia Católica pide a los hondureños ser solidarios y mantener la fe en Dios tras el impacto de la depresión tropical Eta.

Tegucigalpa, Honduras.

Un mensaje de fe y solidaridad envió este jueves el cardenal Óscar Andrés Rodríguez al pueblo hondureño que ha sido fuertemente golpeado por las lluvias de la depresión tropical Eta.

'Hermanos, estamos golpeados nuevamente por esta depresión tropical que ha hecho tanto daño y nos conviene recordar la palabra de Dios. San Pablo nos dice en 2 de Corintios: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, estamos acosados por todas partes, pero no angustiados; desorientados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Ahora es momento de incrementar la fe'.

'De saber que Dios no nos abandona y más bien ahora nuestra fe debe mostrarse en la solidaridad, en la ayuda al que más lo necesite y en apoyar todos los esfuerzos. Debemos trabajar unidos en nuestras parroquias y nuestras comunidades para que podamos salir adelante, con la fe puesta en el señor Jesús', dijo Rodríguez.

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Este mismo llamado hizo la Coferencia Espiscopal al pueblo hondureño:

Queridos Hermanos:

En nuestra calidad de Pastores de la grey a nosotros confiada por el Señor, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (C.E.H.), nos dirigimos a todos ustedes, comunidades católicas y ciudadanía en general, expresándoles nuestra comunión y cercanía espiritual en estos momentos de sufrimiento y preocupación, debido a los graves daños causados por el huracán Eta en la naturaleza, en las estructuras viales y habitacionales, así como los daños causados en las personas, especialmente en aquellas que han debido dejar su vivienda y ser recogidas en albergues.

Las experiencias vividas en el pasado, en acontecimientos similares, nos enseñan que nunca estarán de más todos los cuidados y atenciones que pongamos para garantizar nuestra seguridad y preservar nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. Por eso, exhortamos a la población a que no se arriesguen y sigamos las instrucciones de las autoridades, a fin de evitar todo tipo de desgracias.

En medio de esta emergencia meteorológica, no olvidemos que el COVID-19 está allí presente todavía, y el riesgo de contagio es muy alto. En la medida de lo posible, tengamos el cuidado necesario para cumplir las disposiciones básicas de bioseguridad.

Agradecemos a los Párrocos su solicitud pastoral por las comunidades y les pedimos que en estas circunstancias incrementen su diligencia, juntamente con los equipos de pastoral social, para conocer los desastres que el huracán está produciendo en su parroquia.

Será conveniente organizar las formas de ayuda Populla memoria ante las necesidades más apremiantes, juntamente con las autoridades locales, y coordinar estas actividades en el ámbito diocesano.

Hermanos, estamos orando por todos ustedes e invitamos a las comunidades y a las familias a orar intensa y confiadamente a Dios, diciendo juntos esta oración: Dios del Universo, en los albores de la creación, tu Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas, haciéndolas fuente de toda santidad. Tú creaste los océanos y los ríos, y todo lo que habita en ellos, y, según tu palabra, el viento y las olas nacieron.

Las temporadas siguen tu plan y, bajo tu mando, las mareas suben y bajan. Tanto en la calma como en tormenta, Tú estás con nosotros. En el mar de Galilea, aun cuando los discípulos comenzaron a temer, Jesús mostró que Él era Señor de las aguas al reprender las tormentas, para que todos sepan que el viento y las olas le obedecen.

Dios Creador y Padre nuestro, te pedimos que calmes el viento y las aguas del huracán Eta y que protejas de todo daño a los que se encuentran en su paso.

Ayuda a los que están en su trayectoria para que alcancen la seguridad. Abre nuestros corazones para ser más generosos con todos los que necesitarán ayuda y asistencia en los próximos días.

Señor, en todas las cosas y en todos los tiempos ayúdanos a recordar que incluso cuando la vida parece oscura y tormentosa, Tú estás en el barco con nosotros guiándonos hacia la seguridad. Amén.