18/04/2024
05:36 PM

Carteles llevan 10 años ensayando cultivo de coca en Honduras

Narcos colombianos han tecnificado los cultivos y ahora experimentan con el procesamiento de la hoja para elaborar la pasta base de la cocaína.

    Tegucigalpa, Honduras.

    Zonas inhóspitas, de difícil acceso, atravesando lugares agrestes, buscando no llamar la atención, con puestos de observación para vigilar, y modernos sistemas de riego, así son las parcelas adonde los grupos criminales han montado las plantaciones de arbustos de cocaína en Honduras.

    Ocho plantaciones se han encontrado desde el 2017 en los departamentos de Olancho, Yoro y Colón. En tres años son 23 manzanas de cultivo, lo que equivale a 237,900 plantas, algunas de ellas con una altura de tres metros. Igualmente viveros con plántulas y semilleros. En edificaciones rústicas se han encontrado sitios clandestinos para procesar la hoja y elaborar la pasta base de coca.

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    Agrónomos que acompañan a la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA), aseguran que en cada manzana de tierra se cultivan al menos cinco mil arbustos y que hacen estudios en los laboratorios, tanto de Medicina Forense como en el laboratorio de la Dirección de la Policía de Investigación (DPI), para analizar la hoja e identificar las características y alcaloides.

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    “Estamos conociendo la planta. Se hace un estudio. Las tierras donde se encuentran los cultivos han resultado ser buenas y hemos encontrado plantaciones de hasta tres metros de altura. Esto ha sido un trabajo de investigación para desmantelar el operar de los grupos. Creemos que desde hace 10 años los grupos criminales comenzaron a preparar las zonas para experimentar con el cultivo”, explicó Mario Molina Moncada , director de la (Dnpa).

    Precursores químicos

    En 201 contenedores que las autoridades inspeccionaron en los puertos de Honduras han detectado al menos 1,180 toneles de Methyl ethyl ketone (acetona), sustancia usada en la extracción de cocaína de la hoja de coca, así como para la purificación de la pasta de coca.

    También otras sustancias químicas, lo que ha llevado a que organismos europeos se interesen en reforzar las medidas de seguridad en los puertos, y a través de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), analizan destinar unos 40 millones de euros para mejorar la seguridad en el puerto Henecán en la zona sur del país.

    Informes de la Agencia de la Administración del Control de Drogas (DEA) y de Inteligencia en Honduras establecen que entre el 35 y 50% de los productos químicos que utiliza el narcotráfico para procesar drogas ilícitas, entra legalmente. Hasta la fecha han detenido a 862 hombres, 91 mujeres y 94 menores, para un total de 1,047 detenidos.

    En cada plantación, según investigaciones de LA PRENSA, operan unos 30 hombres, la mayoría provienen de Santa Bárbara y Copán.

    De la hoja de coca encontrada en varias regiones de Honduras, las autoridades realizan análisis en el laboratorio de la DPI en Tegucigalpa.
    “Caminan con armas de grueso calibre e instalan una especie de torreones en lo alto de las montañas para detectar la llegada de autoridades, tienen vista hacia todos lados y esto ha facilitado el escape de los implicados en estos ilícitos”, dijo un agente.

    La estrategia es estar menos visibles, por eso prefieren sitios rodeados de arbustos, donde desde lo alto sería imposible identificar que en la zona se cultivan arbustos de coca. Pintan las láminas de zinc de las casas y narcolaboratorios de color verde, así camuflajean y confunden las edificaciones con los árboles. Todo este proceso no hubiera sido posible sin la asesoría de colombianos que desde hace varios años llegaron para establecer las técnicas para el cultivo de coca. Al menos en tres casos, colombianos estuvieron al frente para elegir tierras y montar narcolaboratorios.

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    La intimidación, el arma con la que los criminales obligan a los pobladores de las comunidades para que sean “banderas” y reporten presencia de extraños, para que las mujeres elaboren los alimentos, abusen de ellas y para que los hombres trabajen en el corte las hojas de coca. Si se oponen son amenazados con violar a sus esposas o matar a sus familias. “En muchos poblados de Olancho, Yoro y Colón, incluso deciden qué día se dan clases y qué día no, y ordenan cuándo nadie debe salir de sus casas”, comentó un agente.