28/03/2024
12:08 AM

'Si no hay coerción, la ola de contagios será aplastante”: Tito Alvarado

El infectólogo Tito Alvarado le pide al Gobierno que impida circular, pues “la velocidad del COVID-19 es endemoniada” y la mayoría de gente por su poca educación sale a la calle y no entiende gravedad del asunto.

SAN PEDRO SULA.

Honduras logrará mantener la tasa de contagio de Covid-19 baja en las próximas semanas si el Gobierno restringe totalmente la circulación de personas; pero si mantiene medidas laxas, el país se encontrará en menos de 15 días sumido en una crisis humanitaria a causa del colapso del sistema de salud.

Hasta ahora, en Honduras en cada grupo de 100,000 habitantes circula una persona contagiada con el coronavirus (confirmada), una tasa inferior a la de Panamá, donde en cada grupo de 100,000 personas hay por lo menos 13, o en Costa Rica, donde hay 4 enfermos dentro de un grupo de 100,000 individuos.

Con la población encerrada, con las fronteras blindadas y con una vigilancia férrea sobre los pacientes positivos, a partir de este momento, el Covid-19 desaparecerá de Honduras a mediados de abril; pero si el Gobierno continúa permitiendo que los ciudadanos hagan extensas filas en los bancos y se agolpen masivamente en los mercados populares, el futuro será dramático y asfixiante.

Medidas coercitivas
El Gobierno, por medio del Ejército y la Policía, debe ejercer coerción en comunidades adonde los habitantes irrespeten los toques de queda y las medidas instauradas para contener el contagio, opinan médicos.
Uno de los mayores críticos de las medidas gubernamentales, Carlos Umaña, presidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), advierte que “por cada semana que aparezcan casos será necesaria una semana más de cuarentena, por eso es importante que el G obierno tome medidas más enérgicas”.

El hecho de que el Gobierno permitiera en los últimos días a las personas ir a los bancos “nos va a pasar factura”, advierte Umaña, quien considera que las autoridades tuvieron que haber sopesado los riesgos debido a la virulencia del nuevo coronavirus.

“Una persona contagiada que haya salido uno de estos días, en cuestión de horas, pudo haber trasmitido el virus a un grupo de 3 a 4 personas. En China hay una anécdota que una persona contagió a 100 en un día. En un espacio cerrado, el virus se suspende hasta 8 metros y dura varios minutos”, dijo en una entrevista con Diario LA PRENSA.

Honduras llegó al día 17 de la pandemia y, para Umaña, las “próximas dos semanas serán vitales” porque determinarán la trayectoria que tomará la curva de contagio en toda la población y el tiempo que esta debe permanecer confinada. En todo el país, el municipio que encara la mayor amenaza es Santa Fe, Colón, donde, según la Secretaría de Salud, hay seis personas con COVID-19 dentro de una población de 5,346 habitantes. Esa comunidad se convierte en un foco de alto peligro en caso de que las autoridades no mantengan una vigilancia y un cerco epidemiológico tenaz.

Foto: La Prensa

Carolina Bocanegra, catracha en Suiza.
Con ese foco en Santa Fe, Colón estadísticamente tiene una de las tasas más altas de contagio: en cada 100,000 habitantes tiene cerca de dos pacientes confirmados, sin considerar los asintomáticos; igualmente sucede en Francisco Morazán. En Cortés, en un grupo de 100,000 personas hay un contagiado confirmado.

El médico infectólogo Tito Alvarado estima que a final de mes la cantidad de casos confirmados superará los 100 en todo el país y en los siguientes semanas, si no hay coerción de parte de las autoridades, habrá una ola aplastante que no pondrá contener el Gobierno.

“En China, en 67 días llegaron a 100,000, en 11 días a 200,000 y en 4 días a 300,000. La velocidad del Covid-19 es endemoniada. Esta enfermedad nos está ganando la partida, el Ejército y la Policía debe poner medidas coercitivas porque en este país, por el alto grado de indigencia y analfabetismo, hay muchas personas que no entienden. En los barrios no respetan y en los mercados hacen grandes tumultos”, dijo Alvarado en entrevista telefónica con Diario LA PRENSA.

Hondureños que viven en el extranjero que han contraído el virus les advierten a sus compatriotas que este momento, cuando el número de enfermos es mínimo, es clave para frenar la ola expansiva.

Testimonio

Carolina Iten-Bocanegra, hondureña residente en Lucerna, Suiza, se contagió en medio de la propagación acelerada por personas que en ese país no obedecieron las medidas instauradas por el Gobierno, y ahora, después de diez días, se encuentra en mejor estado de salud luego de pasar por episodios de fiebre, gripe, dolor de cuerpo y dificultad para respirar.

“Yo comencé a tomar medidas de protección cuando en Italia se estaban poniendo feas las cosas porque me he considerado una persona de riesgo debido a que en 2018 tuve dos neumonías. Pensé que podría ponerse crítica la situación porque aquí llegan muchas personas de Italia, yo vivo en Lucerna y de esta ciudad hay tren a Milán”, relató Bocanegra a Diario LA PRENSA.

Tras escuchar los primeros casos en Suiza, ella evitó salir a jugar con los niños, prescindió del transporte público, preferiblemente realizaba las compras en línea y le pedía a su esposo, quien es profesor de piano, que usara antibacterial para sus manos y guardara la distancia de sus alumnos.

Pero un día, a principios de marzo, cuando Suiza registraba los 200 primeros casos, llevó los niños a la guardaría y luego visitó un supermercado. Más tarde comenzó a sentir síntomas y luego le diagnosticaron Covid-19.

Foto: La Prensa