Tomó el mando de las Fuerzas Armadas en medio de la crisis política de 2017, pero René Orlando Ponce Fonseca, expresa que Dios lo cubrió y guardó. A pocos días de entregar el mando al nuevo jefe Tito Livio Moreno, asegura que se va en paz, con su conciencia tranquila por el deber cumplido y que deja muchos proyectos y retos a quien lo sucederá desde el próximo 20 de diciembre. LA PRENSA habló en exclusiva con Ponce Fonseca y reveló los momentos difíciles que vivió a lo largo de sus dos años de mandato.
Al cerrar un ciclo en su carrera militar, ¿qué logros deja en sus dos años como jefe de las Fuerzas Armadas?
Todo lo que se hizo en mi gestión fue relevante, sobre todo el esfuerzo por mantener una institución incólume, con principios y valores para seguir trabajando en una lucha frontal contra el crimen organizado.
Trabajamos para fortalecer las Fuerzas Armadas con la adquisición y recuperación de equipo militar y en pro del bienestar del personal, mejorando y revalorizando sus pensiones.
Dejamos también un hospital militar que viene a fortalecer el sistema de sanidad. Este será el mejor hospital militar en Centroamérica, lo comparamos con el hospital de Nicaragua, son obras que quedan al servicio de todos los miembros de la institución armada.
Asumió la jefatura de las FFAA en medio de la confrontación y crisis política. ¿Qué es lo más difícil que le tocó vivir y afrontar?
El país ha vivido situaciones bastante críticas, pero en este período fueron muchos los momentos difíciles. Teníamos que enfrentar con criterios sólidos la crisis para mantener la paz y el orden del país, con todo lo que implica ser respetuosos de los derechos humanos. Muchos soldados murieron en esos momentos, a veces las situaciones se tornaron violentas, pero tomamos las estrategias y sumamos esfuerzos con otras instituciones. Los escenarios que vivimos fueron más complejos que otros en América Latina.
Las Fuerzas Armadas han tenido credibilidad en el país, ¿pero la política ha afectado la visión de la institución?
Hay grupos que mencionan eso, pero hay que respetar esas opiniones. Soy claro, no veo dónde puede haber intromisión política, porque en algunos momentos se tergiversan las cosas. El Presidente de la república es un ciudadano que antes de ser mandatario es un político y por el hecho de ser comandante general, puede dar órdenes y las órdenes que imparte las hace a través de mi persona como comandante de las Fuerzas Armadas. Esto lleva a pensar que él sigue siendo un político, pero nosotros no lo vemos como político, sino como máxima autoridad. Que llegara a través de política u otros medios al poder, es muy diferente.
Los políticos no han intervenido en las Fuerzas Armadas, la intervención puede ser si viene un diputado y da una orden a un comandante de brigada o batallón y que le diga que quiere que haga cambios o asigne a otros. Esas decisiones las tomo yo en el seno de la institución y gracias a Dios todas las determinaciones que he tomado han sido respetadas.
¿Por qué aceptaron manejar el fondo de cuatro mil millones de lempiras para proyectos de producción agrícola?
Somos una institución transparente y por eso el campesinado depositó su confianza en las Fuerzas Armadas, son ellos los que pidieron que esta institución armada conduzca este programa. La voluntad del Presidente es que esos fondos lleguen a los más necesitados. Que los campesinos que nunca han tenido para cultivar una manzana de tierra con recursos propios lo puedan hacer. Le hemos pedido a algunos dirigentes que se pronunciaron diciendo que es una farsa y que esto va a ser un fracaso, que se integren con nosotros y formen juntas o comités de vigilancia, que sean veedores de lo que las Fuerzas Armadas van a hacer. A ese grado de transparencia llega la institución. Le puedo asegurar que ningún lempira se va a desviar para otro lado que no sea producir la tierra. Es el compromiso que tenemos y el día de mañana Honduras y los campesinos nos van a dar la razón y que la historia nos juzgue. Yo me voy y no voy a tocar un tan solo lempira, pero si hubiese seguido jamás lo haría tampoco.
Es un programa blindado y que va exclusivamente para los campesinos. El éxito dependerá del campesinado para que siembre y cultive. Hay un binomio campesino y Fuerzas Armadas. No son los soldados los que van a agarrar el azadón, el puja guantes o el arado para sembrar, son los campesinos. En este programa solo estamos empleando como 10 militares para la planificación y conducción. Los soldados no se van a dedicar a sembrar repollo o frijoles, los soldados están para dar seguridad al país y defender la integridad territorial y otras tareas.
¿Le han ofrecido el cargo de viceministro de Defensa?
No. Se especula mucho, hay opiniones, pero no he tenido ninguna notificación oficial, pero donde Dios quiera que me inserte en la sociedad, lo haré.
Donde pueda servir a mi patria voy a estar listo, si no, tendremos otras oportunidades, más tiempo con la familia, porque son cuarenta años dentro de la institución y es poco el tiempo compartido. Así que cuando tengamos esa notificación o información sobre eso, voy a decir si es cierto o no. Por lo pronto estamos en una fase de transición.
¿Qué retos deja al nuevo jefe de las Fuerzas Armadas?
Tiene que continuar fortaleciendo la institución, seguir con el fiel cumplimiento del Plan de Nación, visión de país, visión de las Fuerzas Armadas. Tenemos un plan establecido hasta 2038 para no salirse de los objetivos de la institución. Estamos en un ambiente conflictivo por la condición geográfica del país porque somos proclives al paso continuo de la droga y se debe estar atento y trabajar. Sabemos que el general Tito Livio Coello hará una excelente gestión y asumirá con compromiso todos los retos que se puedan presentar.
¿Se arrepiente de algo?
No, me voy satisfecho. Me llevo mi conciencia tranquila. Voy creyendo que hice el mejor esfuerzo. No todo lo logré, pero la institución tiene procedimientos establecidos para dar continuidad a los proyectos. Todo lo que me propuse hacer en bienestar del personal lo logramos. Uno de los grandes logros es la revalorización de las pensiones de todos los afiliados del Instituto de Previsión Militar, también le dimos mayor fortaleza a ese gran proyecto del bono a veteranos de guerra. Trabajamos estrechamente con otras instituciones y dejamos grandes resultados para reducir la delincuencia y homicidios.
¿Lo quisieron sobornar en su gestión?
Para la gloria de Dios nunca. A mi alrededor anda un equipo de ángeles celestiales y tengo una cobertura especial. Nadie me ha ofrecido nada que sea contrario a mis principios. Nadie me ofreció nada, estoy seguro que Dios me cubrió durante este mandato y también seguro estoy que me seguirá cubriendo.
¿Deja una institución sólida y unida?
Tenemos una institución unida, sólida. La estructura orgánica de las Fuerzas Armadas tiene varios niveles de mando y a pesar que uno está en el ocaso de su carrera, es satisfactorio ver la solidaridad, disciplina de oficiales y eso se demuestra con el respeto, aprecio y agradecimiento de oficiales y tropa.