San Pedro Sula, Honduras.
“Despierten a mi papá que se durmió, ayúdenlo”, esas fueron las palabras inocentes que pronunció el pequeño Diego Martínez (de 5 años), cuando fue rescatado del pecho de su padre, Diego Enrique Martínez Rosales (de 29), quien murió en el momento que intentaba rescatarlo.
Amalia Díaz, cuñada de la víctima, relató que Martínez Rosales partió junto a sus dos hijos y esposa hacia Estados Unidos el pasado 28 de julio desde la colonia Lomas de San Juan en San Pedro Sula, con el fin de salir de los problemas económicos que los agobiaban.
En México solicitaron la visa humanitaria ya que llevaban pruebas que habían recibido amenazas de grupos criminales que se disputan el territorio para la venta de drogas.
Ante esta situación, les extendieron el documento por lo que cruzaron el país sin contratiempos.
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Cuando ya estaban en Piedras Negras, una ciudad fronteriza del noreste de México, la familia estaba a punto de cruzar el río junto a otros migrantes cuando fueron sorprendidos por patrullas del Instituto Nacional de Migración. Al ver los policías, todos salieron huyendo en diferentes direcciones, y fue en ese momento que la víctima tomó a su hijo pequeño y se lanzó al río sin percatarse que la corriente estaba fuerte y los arrastró.
Según el relato del pequeño, su padre lo subió a su espalda, pero cuando iba nadando contra la corriente, se cansó por lo que decidió pasarlo hacia su pecho donde el pequeño se aferró mientras su padre expiraba lentamente. El menor fue rescatado por agentes del grupo Beta y del Instituto Nacional de Migración, quienes lo trasladaron hacia un centro de migrantes, mientras que el cuerpo de su padre fue llevado a la morgue donde su esposa, Brenda Jazmín Díaz realizó el reconocimiento.
Las autoridades de Cancillería se reunirán hoy en Tegucigalpa con varios familiares para comenzar a realizar el proceso de repatriación del cuerpo.
Se espera que sus restos arriben a San Pedro Sula entre 15 a 30 días.
