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Buzos se sumergen a 130 pies para capturar las langostas

  • 06 julio 2019 /

De la astucia de los cayuqueros en la superficie, depende la vida de los buzos sumergidos

    La Ceiba, Atlántida.

    La pesca de langosta es la más rentable para los buzos de La Mosquitia, actividad que solo la pueden realizar durante ocho meses al año.

    Para lograr sacar estas valiosas criaturas, deben sumergirse hasta 130 pies en el mar; capturarlas es fácil, lo difícil es encontrarlas.

    En este mundo se ganan la vida miles de misquitos, quienes esperan con una ansiada desesperación el inicio de cada temporada de pesca.

    Desde 2019, esta actividad entra en veda durante los meses de marzo hasta junio, medida implementada en toda Centroamérica y parte del Caribe para garantizar los ciclos de crecimiento y reproducción de estas especies.

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    Desde entonces, el primer día de julio marca el inicio de la pesca de langosta, luego el camarón, caracol y pepino. Unas 120 embarcaciones hay registradas para la pesca de langosta en esta región; de estas, 30 se dedican a la pesca buceo; el resto por nasas.

    Un oficio lleno de riesgos
    El buceo es una de las actividades más arriesgadas de los misquitos, pero debido a su buena paga, muchos se aventuran. Cada inicio de temporada de langosta es un gran alivio para estos hombres de mar, que pasan cuatro meses sin trabajo por la veda regional que se decreta en marzo y junio de cada año. La Ceiba, Islas de la Bahía y Puerto Lempira es donde se concentra la flota pesquera industrial.

    Muchos se ven obligados por la situación a realizar este trabajo.

    Del tamaño de la nave depende la cantidad de personal que debe transportarse hacia los bancos de pesca. En el caso de los buzos “cada uno lleva un cayuquero, de él depende la vida de uno”, relató Juan Morazán Castillo, un buzo que quedó discapacitado por el arriesgado trabajo.

    El cayuquero debe estar pendiente de la burbuja en la superficie, y no perderla en medio de las altas olas, mientras el buzo captura las langostas a 130 pies.

    Un buen buzo puede recoger hasta 30 libras de langosta durante una jornada. “A veces hay langostas que pesan hasta dos libras”, comentó este hombre que ahora trabaja en cubierta cuando puede. La libra por cada langosta se las pagan entre los 60 y 75 lempiras, según Morazán. “De aquí uno tiene que pagar al cayuquero, hay quienes que le pagan 14 lempiras la libra o se van de acuerdo a lo que capturen”, cuenta.

    Las dos primeras salidas de la temporada son las mejores, hay buzos que logran pescar hasta 500 libras de langosta durante un viaje (más de L37,000 aproximadamente) Luego la producción va bajando, hay quienes que al final de la temporada llegan a sacar hasta 60 libras.

    100,000
    lempiras puede llegar a ganarse un buzo, si encuentra una perla en un molusco. Son raros los casos, pero los buceadores en el fondo del mar buscan encontrarse con este tesoro.

    Rentable.

    La industria pesquera le genera unos 60 millones de dólares en divisas al país. Estados Unidos y Europa son los mercados para estas especies, que ahora llegan en diversas presentaciones.

    La langosta entera está teniendo una demanda en las exportaciones, antes solo se permitían partidas. La industria pesquera genera unos 5,000 empleos directos y unos 13,000 indirectos en la zona. La flota de barcos sigue igual. “Lo único que ha cambiado son los barcos que están destinados a pescar en Jamaica, Colombia y Nicaragua, pero en sí la flota de Honduras permanece igual”, explicó Richard Bonilla, presidente de la Asociación de Pescadores Industriales del Caribe de Honduras (Apicah). Asimismo agregó que la flota nasera “es la que se está moviendo a Jamaica, Colombia y Nicaragua”.