Tegucigalpa, Honduras.
-Reacción del INP-
German McNiel, subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), dijo que estos traslados obedecen al cumplimiento de la ley que indica que las personas privadas de libertad de alta peligrosidad deben permanecer en los centros penitenciarios de máxima seguridad.
Fueron 79 miembros de la Pandilla 18 los trasladados esta mañana hacia la cárcel de máxima seguridad conocida como La Tolva, en Morocelí, El Paraíso.
Quitarse los tenis, pasar por escáner, luego a la reseña para después ser esposados de pies y manos para introducirlos al autobús, fue la vivencia de hoy por parte de todos los antisociales, informaron las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
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Los internos permanecían en las celdas del módulo de máxima seguridad de la Penitenciaria Nacional de Támara y uno a uno fueron extraídos de sus celdas por miembros de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (Fnccp).
-Traslado-
El reloj marcaba las 9:30 de la mañana cuando los uniformados ingresaron a los módulos, mientras un agente penitenciario llamaba a los internos por orden de lista y de manera individual fueron dirigidos hasta los escáner para realizarles una inspección y evitar que llevaran objetos prohibidos.
Durante la inspección se pidió a cada interno que se quitara los tenis y calcetas para pasarlos por la máquina, encontrando que algunos llevaban oculto en las plantillas del calzado anillos de metal, otros los llevaban en la pretina del pantalón, procediendo al decomiso de estos objetos.
 Todos fueron revisados de pies a cabeza con el fin de verificar que no llevaran objetos al Pozo II.
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German McNiel, subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), dijo que estos traslados obedecen al cumplimiento de la ley que indica que las personas privadas de libertad de alta peligrosidad deben permanecer en los centros penitenciarios de máxima seguridad.
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El funcionario afirmó que “el operativo se realizó exitosamente debido a la planificación, estamos frente a un nuevo sistema penitenciario en el que los internos han entendido que ahora la autoridad la ejerce el INP y no ellos, el autogobierno que existía desapareció y no va a regresar”.
-Bajo estricta vigilancia-
En El Pozo II los privados de libertad inician su jornada a las 6:00 de la mañana, momento en que son sacados de sus celdas, esposados de pies y manos para dirigirlos hasta las duchas con puertas y candados, luego son retornados a las celdas hasta donde les llevan sus alimentos durante los tres tiempos de comida.
Los internos permanecen 23 horas del día en sus celdas y una hora son llevados a un espacio acondicionado con láminas traslucidas para que reciban luz solar, en todo momento son vigilados por las más de 300 cámaras instaladas en cada rincón del establecimiento.
 El traslado de los peligrosos reos se ejecutó previo al fin de semana desde la capital hasta la zona oriental del país.
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