El poder devastador del fuego, que comenzó como todos los años con su ataque recurrente a la foresta nacional, consumió del primero de enero de este año hasta ayer 607 hectáreas de bosque.
Esa área ha sufrido el castigo de 58 incendios. En una ecuación matemática simple significa que durante 52 días, que van del año (hasta ayer), se ha quemado el equivalente a 11.6 campos de fútbol diariamente.
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Las estadísticas del Instituto de Conservación Forestal (ICF) indican que en enero se produjeron 24 incendios y en lo que va de febrero un número de 34 conflagraciones, lo que puede marcar un alza en la medida que avanza el verano, expresaron expertos en ese campo.
A la fecha, los municipios más afectados son San Marcos Caiquín, Lempira, con 214.4 hectáreas quemadas, producto de un solo incendio.
Le sigue el Distrito Central con 157.2 hectáreas, Puerto Lempira, 91.8; Siguatepeque, 21 y Las Flores, Lempira, con 14 hectáreas.
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En estos municipios se registra el 94% de las 607 hectáreas consumidas al 21 de febrero.
Más incendios. Los departamentos con más incendios son Francisco Morazán, Intibucá, La Paz, Yoro, Ocotepeque, Lempira y Gracias a Dios.
A partir de los registros del ICF, el 59% de los incendios han ocurrido en terrenos de propiedad privada; el 26% en nacionales y el restante 15% en territorios municipales.
Medidas en superficie, la porción más afectada es la ejidal con un 45%, privada con 42% y nacional con 13%.
En enero de 2018 se produjeron 24 incendios que coincide con la misma cifra del mismo mes de este año. En febrero de 2018 se registraron 73 conflagraciones, y en los primeros 21 días de febrero de 2019 el número asciende a 34.
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Por ejemplo, en 2017 se quemaron 36,000 hectáreas y la cifra casi se duplicó en 2018, año en que se extinguieron 60,683 hectáreas de bosque, según cifras oficiales.
Los meses en que más ocurren incendios son abril que de 2010 a la fecha reporta un promedio de 241,000 hectáreas, seguido de marzo con 152,000, mayo con 66,519, enero 5,788 y junio con 4,824 hectáreas.
De 2010 a la fecha, el ICF registra 520,250 hectáreas quemadas, producto de 9,255 incendios, siendo 2011 el que más siniestros reportó con 85,343. Según estudios de la Universidad Nacional de Ciencias Forestales (Unacifor) y del ICF, cada hectárea quemada representa una pérdida promedio de 20,000 lempiras, lo que significa que al 21 de febrero de 2019 estas ascienden a 12.1 millones de lempiras, y si la tendencia se mantiene, a finales del año la suma podría cerrar en 1,212 millones de lempiras, asumiendo que resulten unas 60,600 hectáreas quemadas como ocurrió en 2018.
El jefe del Departamento de Protección Forestal del ICF, Fernando Zepeda, expresó en una entrevista con LA PRENSA que para reducir este año el número de incendios ya tienen en marcha un plan de acción que ejecutarán junto con más de 10 dependencias del Estado.
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Incendiarios, los más dañinos. Del total de quemas, el 60% son provocados por incendiarios; el 39% también por humanos, pero de forma contingencial, y el restante por efectos naturales.
En el combate al fuego participan el Cuerpo de Bomberos que atiende las periferias, miembros de las Fuerzas Armadas (FF.AA), la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y el ICF.
Pareciera contradictorio, pero según Zepeda, el fuego es amigo del pino que tiene cierta resistencia a las llamas. El fuego le ayuda al pino si este se utiliza de manera controlada para eliminar la maleza que crece alrededor de la foresta. El funcionario explicó que el pino ha evolucionado a lo largo del tiempo al grado que su corteza se volvió altamente resistente, y solo es afectada duramente cuando los incendios son desproporcionados.
John Meyer, jefe regional del Instituto de Conservación Forestal (ICF), informó que el compromiso del país ante la ONU es restaurar un millón de hectáreas de bosque para el año 2030.