17/04/2024
07:45 PM

Gabriel García Márquez regañó a Hispano Durón cuando estudiaba cine en Cuba

El joven director de cine hondureño se destaca por su creatividad y los trabajos que lo han dado a conocer.

    San Pedro Sula, Honduras.

    La vida de Hispano Durón es una película inacabada que tendrá su final cuando haya realizado todas las producciones que se ha propuesto, según dijo el joven director de cine.

    Siendo niño, sus amigos le decían Cine Hispano como si presintieran que en el futuro la vida de este hondureño, nacido en Tegucigalpa, estaría ligada a la cinematografía.

    Su amor por el séptimo arte comenzó a sentirlo desde que su padre lo llevaba al Cine Palace, cerca de su casa, a ver las películas de James Bond, de Walt Disney y La Guerra de las Galaxias.

    Al ver su interés por el cine, su madre le permitió usar su cámara filmadora, tipo familiar, para que hiciera una película, con la condición de que él escribiera el guión.

    La película Morazán se concibió en el seno la Universidad Nacional Pedagógica con fines educativos.
    “Me inspiré en filmes de animales peligrosos, como Tiburón, Búfalo Blanco o Pirañas, para hacer mi película con ideas que me daba mi padre”, recordó Durón.

    La sencilla película trataba sobre un águila que atacaba a unos niños en el bosque de El Atillo. Los protagonistas eran sus dos hermanas y sus primos para quienes aquello era como un juego.

    De niño escuchaba a su padre hablar favorablemente de la película La naranja mecánica, la cual el cipote no podía ir a ver porque era prohibida para menores de 21 años; sin embargo, cuando cumplió 14 años y la cinta volvió a exhibirse logró su deseo de verla, pero tuvo que sobornar al taquillero del Cine Clamer para que lo dejara entrar.

    “Debo confesar que aquello fue algo indebido, pero valió la pena porque me dio la oportunidad de ver la mejor película que he visto en mi vida”, reveló el director de producciones como Anita la cazadora de insectos y Morazán. Esta última estuvo en cartelera casi nueve semanas y reunió a cerca de 50,000 espectadores.

    El amor de Hispano Durón por el cine nació desde que era muy pequeño y por eso siendo un niño dio rienda suelta a su pasión por el mundo cinematográfico, al que se dedica hoy.
    Estudiaba en el Instituto San Miguel cuando tuvo su primera novia. “La conocí en los encuentros con colegialas del Instituto de Señoritas Sagrado Corazón”.

    Mientras estudiaba cine en la Escuela Internacional de Cine en Cuba, le tocó organizar la presentación en cámaras de un conversatorio entre el escritor Gabriel García Márquez, fundador de la escuela, y el actor norteamericano Robert Redford.

    En esa ocasión, el joven estudiante se ganó una reprimenda del autor de Cien años de soledad, por no haber colocado una mesa frente a las cámaras para que ellos, los expositores, estuvieran más cómodos. “La regañada no me molestó prque provenía de un maestro de las letras a quien yo admiraba”, dijo el cineasta.

    Cuatro años permaneció Hispano en Cuba estudiando dirección de cine y televisión. Allí conoció a cineastas famosos como George Lucas y Francis Coppola.

    Leyendo el guion de Morazán con Juan Orlando Ventura.
    Hacer películas es bonito, pero a veces tiene sus riesgos. A Hispano Durón casi lo matan cuando llegó a hacer un filmado con alumnos de la Universidad Nacional Pedagógica, sobre los buscadores de oro en Olancho. Resulta que cuando llegaron, en el río estaban unos hombres sacando oro con una retroescavadora, lo cual es ilegal. Al ver a los estudiantes con su mentor, los infractores comenzaron a dispararles con fusiles AK 47, creyendo que eran personas que los andaban investigando. “Inmediatamente yo me tiré al suelo y les dije a los estudiantes que hicieran lo mismo. Cuando los tipos llegaron hasta donde estábamos nosotros tendidos en el suelo, les explicamos que andábamos haciendo un filmado, y nos pidieron disculpas”.

    Le fue mejor cuando hizo un cortometraje dentro del emblemático bar de Tegucigalpa Tito Aguacate porque hasta se tomó un calambre, la especialidad del negocio. “Esa noche lo cerraron para que pudiéramos hacer el filmado a manera de tributo al bar más clásico de Honduras”.

    Con Dagoberto Martínez, en una fotografía.