Tegucigalpa, Honduras.
El experto forense Denis Castro Bobadilla aseguró ayer que la muerte de la jefe de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, Sherill Yubissa Hernández Mancía, fue un homicidio.
El exdirector de Medicina Forense aseguró que la joven investigadora “fue asfixiada y luego le dispararon en la cabeza para que pareciera suicidio”.
Castro Bobadilla presentó una serie de fotografías del expediente policial, donde asegura que son pruebas suficientes y que “fue homicidio aquí y en la China”. El cuerpo de la joven tenía hematomas en la parte frontal del cuello, otros en las piernas y brazos. Su lengua estaba salida de la boca como si minutos antes de su deceso habría hecho un intento por alcanzar oxígeno a causa de una posible asfixia.
El experto señala que el cuerpo da indicios que señalan que no fue suicidio, como afirma el Ministerio Público. Por ejemplo, que la sangre corrió sobre la parte frontal de su dorso, según las manchas de su ropa, algo que contradice la postura que registró la Atic al ubicarla en la escena boca arriba, ya que al estar en esta posición al momento del disparo, la sangre tuvo que haber corrido hacia atrás de su cabeza.
El experto forense Denis Castro Bobadilla aseguró ayer que la muerte de la jefe de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, Sherill Yubissa Hernández Mancía, fue un homicidio.
El exdirector de Medicina Forense aseguró que la joven investigadora “fue asfixiada y luego le dispararon en la cabeza para que pareciera suicidio”.
Castro Bobadilla presentó una serie de fotografías del expediente policial, donde asegura que son pruebas suficientes y que “fue homicidio aquí y en la China”. El cuerpo de la joven tenía hematomas en la parte frontal del cuello, otros en las piernas y brazos. Su lengua estaba salida de la boca como si minutos antes de su deceso habría hecho un intento por alcanzar oxígeno a causa de una posible asfixia.
El experto señala que el cuerpo da indicios que señalan que no fue suicidio, como afirma el Ministerio Público. Por ejemplo, que la sangre corrió sobre la parte frontal de su dorso, según las manchas de su ropa, algo que contradice la postura que registró la Atic al ubicarla en la escena boca arriba, ya que al estar en esta posición al momento del disparo, la sangre tuvo que haber corrido hacia atrás de su cabeza.
