La Esperanza, Honduras.
La Esperanza e Intibucá, ciudades separadas por tan solo una calle, tienen servida la mesa con café, jugos y platos preparados con choros para los hondureños que busquen un sabor campestre en Semana Santa.
Estos municipios, además, tienen listas más de dos mil camas distribuidas en 40 hoteles, entre urbanos y establecimientos de montaña.
“Estamos preparados con hoteles de montaña, de ciudad y cabañas. Tenemos restaurantes de comida típica e internacional, comedores y glorietas para bajos presupuestos”, dice Oneyda Ramos, presidenta de la Cámara de Turismo de Intibucá. Los turistas que han gozado de la experiencia intibucana han pedido en los restaurantes locales platos preparados con los hongos de la especie Amanita caesarea, llamados choros.
Los choros brotan en los suelos de los bosques con las primeras lluvias de mayo y son recogidos y refrigerados por los habitantes para tener disponibilidad durante el año. En restaurantes, los platos de ofrecen con café de altura y vinos de arrayán, fresa, pera, durazo, guayaba y otras frutas cosechadas en las aldeas.
Marlon Murillo, gerente del restaurante CV Burger, un negocio de hamburguesas artesanales, dice que “los turistas, mientras visitan los lugares turísticos pueden entrar a los restaurantes y los cafés para que descubran los sabores locales”.
Para tomarse selfis del recuerdo, los visitantes suben una escalinata de 31 gradas y llegan a la famosa gruta en cuyo interior se encuentra una imagen de la Inmaculada Concepción. Quienes deseen en esta Semana Santa conocer mucho más sobre la vida de la población lenca tienen la opción de compartir en sus hogares.“Si una familia o un grupo desea quedarse en nuestra comunidad, nosotros ofrecemos el servicio de huéspedes.
El turista puede compartir con nuestras familias”, explica Óscar Lemus, coordinador de turismo en la aldea Los Mangos. Alexandra Del Cid, directora de la Cámara de Turismo, recomienda también “visitar el Centro de Interpretación de la Cultura Lenca y los Telares el Cacao”.
La Esperanza e Intibucá, ciudades separadas por tan solo una calle, tienen servida la mesa con café, jugos y platos preparados con choros para los hondureños que busquen un sabor campestre en Semana Santa.
Estos municipios, además, tienen listas más de dos mil camas distribuidas en 40 hoteles, entre urbanos y establecimientos de montaña.
“Estamos preparados con hoteles de montaña, de ciudad y cabañas. Tenemos restaurantes de comida típica e internacional, comedores y glorietas para bajos presupuestos”, dice Oneyda Ramos, presidenta de la Cámara de Turismo de Intibucá. Los turistas que han gozado de la experiencia intibucana han pedido en los restaurantes locales platos preparados con los hongos de la especie Amanita caesarea, llamados choros.
Los choros brotan en los suelos de los bosques con las primeras lluvias de mayo y son recogidos y refrigerados por los habitantes para tener disponibilidad durante el año. En restaurantes, los platos de ofrecen con café de altura y vinos de arrayán, fresa, pera, durazo, guayaba y otras frutas cosechadas en las aldeas.
Marlon Murillo, gerente del restaurante CV Burger, un negocio de hamburguesas artesanales, dice que “los turistas, mientras visitan los lugares turísticos pueden entrar a los restaurantes y los cafés para que descubran los sabores locales”.
Para tomarse selfis del recuerdo, los visitantes suben una escalinata de 31 gradas y llegan a la famosa gruta en cuyo interior se encuentra una imagen de la Inmaculada Concepción. Quienes deseen en esta Semana Santa conocer mucho más sobre la vida de la población lenca tienen la opción de compartir en sus hogares.“Si una familia o un grupo desea quedarse en nuestra comunidad, nosotros ofrecemos el servicio de huéspedes.
El turista puede compartir con nuestras familias”, explica Óscar Lemus, coordinador de turismo en la aldea Los Mangos. Alexandra Del Cid, directora de la Cámara de Turismo, recomienda también “visitar el Centro de Interpretación de la Cultura Lenca y los Telares el Cacao”.
