San Pedro Sula, Honduras.
El agua que consumen hoy en día los sampedranos fue infiltrada hace 40 años en la zona de reserva de El Merendón.
Ayer, la Alianza para la Seguridad Hídrica de San Pedro Sula llevó a cabo un taller en el que presentaron resultados de estudios, de manera que sirvan como estrategias para implementar un plan que proteja la cuenca hídrica.
En el municipio, la gran parte de los recursos es agua subterránea, explicó Cristy Raudales, gerente de la División Municipal Ambiental (Dima), quien agregó que están haciendo las acciones para que haya infiltración en acuíferos.
“En el tema protección todos debemos participar ya que es un proceso que se trabaja con la gente que vive en la zona de reserva y hay que crearle las condiciones necesarias para un desarrollo económico sostenible, pero en aras de la protección del ambiente”, manifestó Raudales.
Uno de los grandes logros que se ha tenido en materia de protección ambiental es el fortalecimiento de las cuadrillas de los Amigos Municipales Ambientales.
“San Pedro Sula ha perdido en los últimos cuatro años alrededor de 100 hectáreas de bosque por año, eso nos indica que tenemos una capacidad de respuesta de 30 minutos cuando hay un incendio. También es el único municipio del país en donde ni los bomberos ni el Ejército trabajan en la zona de protección”, dijo Raudales.
El mayor riesgo hídrico que tiene la ciudad son los asentamientos irregulares o invasiones porque deforestan para construir casas y talan árboles para utilizar leña para cocción de alimentos.
Valentín Rodríguez, vicepresidente de la Asociación de patronatos del sector Merendón, refirió que como comunidad han efectuado varias acciones para proteger y preservar los recursos naturales como la siembra de cacao para que dé sombra y no se sequen los ríos.
Roberto Álvarez, director de asuntos corporativos de Cervecería Hondureña, una de las empresas que impulsa este proyecto, dijo que hay 800 hectáreas de bosque protegido con brigadas agroforestales, 131 hectáreas de bosque recuperado con cultivos de café, 13 comunidades beneficiadas y 12 escuelas.
El agua que consumen hoy en día los sampedranos fue infiltrada hace 40 años en la zona de reserva de El Merendón.
Ayer, la Alianza para la Seguridad Hídrica de San Pedro Sula llevó a cabo un taller en el que presentaron resultados de estudios, de manera que sirvan como estrategias para implementar un plan que proteja la cuenca hídrica.
En el municipio, la gran parte de los recursos es agua subterránea, explicó Cristy Raudales, gerente de la División Municipal Ambiental (Dima), quien agregó que están haciendo las acciones para que haya infiltración en acuíferos.
“En el tema protección todos debemos participar ya que es un proceso que se trabaja con la gente que vive en la zona de reserva y hay que crearle las condiciones necesarias para un desarrollo económico sostenible, pero en aras de la protección del ambiente”, manifestó Raudales.
Uno de los grandes logros que se ha tenido en materia de protección ambiental es el fortalecimiento de las cuadrillas de los Amigos Municipales Ambientales.
“San Pedro Sula ha perdido en los últimos cuatro años alrededor de 100 hectáreas de bosque por año, eso nos indica que tenemos una capacidad de respuesta de 30 minutos cuando hay un incendio. También es el único municipio del país en donde ni los bomberos ni el Ejército trabajan en la zona de protección”, dijo Raudales.
El mayor riesgo hídrico que tiene la ciudad son los asentamientos irregulares o invasiones porque deforestan para construir casas y talan árboles para utilizar leña para cocción de alimentos.
Valentín Rodríguez, vicepresidente de la Asociación de patronatos del sector Merendón, refirió que como comunidad han efectuado varias acciones para proteger y preservar los recursos naturales como la siembra de cacao para que dé sombra y no se sequen los ríos.
Roberto Álvarez, director de asuntos corporativos de Cervecería Hondureña, una de las empresas que impulsa este proyecto, dijo que hay 800 hectáreas de bosque protegido con brigadas agroforestales, 131 hectáreas de bosque recuperado con cultivos de café, 13 comunidades beneficiadas y 12 escuelas.
