15/04/2024
12:48 AM

El tiempo se detuvo en casa de abogado

Conoce la historia de cada uno de los artículos coleccionados durante 30 años.

    San Pedro Sula, Honduras.

    La nueva casa le resultó muy pequeña a Milton Calderón para instalar todos los relojes y otros artículos antiquísimos que ha coleccionado durante 30 años.

    No pudo trasladar todas las piezas de la casa de su madre cuando se pasó a vivir a la colonia Bosques de Jucutuma de San Pedro Sula. Cargó con lo que pudo.

    Calderón alterna su tiempo como catedrático de Derecho de la Unah-vs y su afición por recopilar piezas antiguas, la mayoría relojes de todo tipo y estilo.

    Es un carro antiguo formado por piezas de relojes.
    En una mesa extendió los relojes de puño y de bolsillo que lucieron en su época elegantes damas y caballeros, los cuales él fue adquiriendo en “pulgueros” y tiendas de antigüedades. Como son artículos de segunda se los vendieron a precios bajos, pero el tiempo les ha dado un valor simbólico.

    “La mayoría son relojes de cuerda que todavía están funcionando”, manifiesta el coleccionista mientras muestra un Rolex que vivió su mejor época en los años 60.

    Quienes conocen su pasión por almacenar y estudiar cada una de estas reliquias, dicen que es un coleccionista incurable. “No es lo mismo ser un coleccionista que un simple bultero. Hay que investigar el origen y la historia de cada pieza para ser un coleccionista”, expresa Calderón, quien es miembro de la Asociación Numismática de San Pedro Sula.

    También hay cámaras fotográficas de diferentes épocas, como también radios eléctricos de tubo de mediados del siglo anterior, los cuales todavía funcionan.
    Entre las joyas coleccionadas se encuentran varios relojes de bolsillo, que por lo general poseen una cadenilla colgante metálica para sujetarlo llamada leontina.

    Utilizar estos relojes en su tiempo era visto como signo de elegancia, etiqueta y posesión de riquezas.

    Calderón también mostró un legendario reloj de los años 40 fabricado en Suiza exclusivamente para la relojería Letrionan de La Habana, Cuba. “Estos relojes los regalaban por lo general los hacendados de Cuba a sus hijos en ocasiones especiales”, comentó el coleccionista.

    Entre la extensa colección de antigüedades se encuentra una obra de arte del artista Girod.
    Todos los relojes coleccionados son mecánicos porque tienen mayor valor histórico. El único reloj de batería que posee es un Tissot que tiene la particularidad de estar incrustado en una caja de granito.

    Cuatro relojes de cucú penden en una de las paredes de la nueva casa del profesional del Derecho. Este se caracteriza por tener una abertura por la cual cada media hora sale un pájaro mecánico que emite un canto, cuyos sonidos se asemejan a la onomatopeya cucú.

    “Aquel de la esquina es un reloj abuela con regulación de péndulo”, dice, mientras señala un reloj de pie con un lujoso mueble barnizado en un rincón de la sala.

    Caldeón hizo de su casa un museo con piezas de todas las épocas.
    “A ese otro se le llama reloj esqueleto porque se le mira toda la maquinaria funcionando”, agrega.

    Estas piezas son una muestra de lo que ha coleccionado. “Habría que ver todo lo que tengo guardado”, comentó orgulloso Milton Calderón.