23/04/2024
11:22 AM

Se jubila de maestra, pero inicia carrera en la música

Su abuelo fue violinista en Villanueva y su padre ejecutaba la armónica. También está empeñada en aprender inglés.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Hasta que se jubiló, la profesora Magdalena Coello Bardales descubrió que tenía vocación por la música y se convirtió en marimbista del cuadro artístico de la que fue su organización gremial.

    A los 15 días de estar practicando en la marimba del Imprema- Amajupemp ya estaba dando su primer concierto en La Ceiba.

    Cuatro años lleva haciendo vibrar el teclado más fino de la marimba que ameniza eventos sociales y culturales de forma gratuita.

    Dos días a la semana llega a recibir clases de piano a la Escuela Fundamentos.
    Actualmente, a sus 73 años, está estudiando piano, con lo que invirtió el papel de maestra por el de alumna.

    La artrosis que sufre en sus rodillas, no es ningún impedimento para que dos veces a la semana viaje desde la colonia Fesitranh hasta la escuela Fundamentos, en la Trejo, donde ya le saca sonidos armoniosos al teclado electrónico.

    Ella cuenta que cuando recibió su jubilación como profesora de matemáticas, lo primero que pensó fue en cómo invertiría su tiempo.

    Por muchos años fue catedrática de matemáticas en diferentes colegios de la ciudad y al jubilarse decidió aprender a tocar marimba y luego piano.
    “Me compré un teclado Yamaha y me puse en contacto con el profesor Carlos Ballesteros, quien me convenció que estudiara música”, comentó la maestra, quien es egresada de la desaparecida Escuela Superior del Profesorado. En la escuela Talentos del profesor Ballesteros sobresale por ser la única alumna con nietos, quien además le apuesta a convertirse en una pianista profesional.

    El profesor Ballesteros dice que la admira por la rapidez con la que ha ido aprendiendo y ella muy modestamente lo alaba por la paciencia que tiene para enseñar. La música la ha traído en la venas. Su abuelo era el violinista del pueblo en su nativa comunidad de Villanueva, Cortés, mientras que su padre Alonzo Coello era un maestro de la armónica. Era una niña cuando los chamacos del barrio se reunían alrededor de don Alonzo para escucharlo tocar su armónica y bailar al ritmo del pequeño instrumento que él recorría suavemente con sus labios.

    Para la profesora Coello lo importante es mantenerse activa, por eso una vez que haya aprendido a tocar piano “allí me espera la guitarra”.

    50 años estuvo ejerciendo, primero como maestra de educación primaria y luego en la secundaria.