San Pedro Sula, Honduras.
La quema de camiones de productos lácteos no cesa. Ayer otro fue incendiado en la colonia Torocagua de Tegucigalpa.
Según testigos, sujetos que se bajaron de un taxi prendieron fuego a la unidad. El conductor y el ayudante escaparon.
Las maras y organizaciones criminales dedicadas a extorsionar han causado más de L100 millones en daños a empresas del transporte de personas y compañías fabricantes y distribuidoras de alimentos.
Desde mediados de 2013 hasta febrero de 2017, estas organizaciones criminales han incendiado unos 17 buses, entre pequeños, medianos y grandes, de acuerdo con un recuento de sucesos publicados en este período por Diario LA PRENSA.
Mientras, desde mediados de 2015 hasta febrero de 2017, los criminales han destruido a más de una docena de camiones repartidores de agua purificada, refrescos, café, lácteos y otros productos alimenticios.
Una investigación realizada por
LA PRENSA el año anterior y publicada en octubre demostró que las maras hondureñas y organizaciones delictivas han importado el esquema de
terror practicado en Guatemala y El Salvador para infundir temor y convertir a las empresas en blancos fáciles de la extorsión.
En todos los casos, el modus operandi es el mismo: sujetos con pasamontañas, que se conducen en vehículo, interceptan el autobús o el camión y luego (después de bajar a los pasajeros y chofer) rocían de combustible y finalmente le prenden fuego a la unidad.
Nelson Fernández, presidente de la Federación de Transporte de Servicios Especiales de Honduras (Fetraseh), estima que los daños causados con esas acciones terroristas “podrían ser mayores a los 100 millones de lempiras”.
“Un bus grande cuesta unos 8 millones de lempiras, un pequeño (“rapidito”) 700 mil lempiras. Cuando los incendian pierde el dueño porque las aseguradoras no cubren estos problemas”, dijo Fernández.
La quema de camiones de productos lácteos no cesa. Ayer otro fue incendiado en la colonia Torocagua de Tegucigalpa.
Según testigos, sujetos que se bajaron de un taxi prendieron fuego a la unidad. El conductor y el ayudante escaparon.
Las maras y organizaciones criminales dedicadas a extorsionar han causado más de L100 millones en daños a empresas del transporte de personas y compañías fabricantes y distribuidoras de alimentos.
Desde mediados de 2013 hasta febrero de 2017, estas organizaciones criminales han incendiado unos 17 buses, entre pequeños, medianos y grandes, de acuerdo con un recuento de sucesos publicados en este período por Diario LA PRENSA.
Mientras, desde mediados de 2015 hasta febrero de 2017, los criminales han destruido a más de una docena de camiones repartidores de agua purificada, refrescos, café, lácteos y otros productos alimenticios.
 Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba, por ser las ciudades con más habitantes y mayor actividad económica, han sido los escenarios donde los delincuentes han perpetrado los actos terroristas contra las compañías de transporte y fabricantes de alimentos. En algunos casos, hubo víctimas mortales.
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En todos los casos, el modus operandi es el mismo: sujetos con pasamontañas, que se conducen en vehículo, interceptan el autobús o el camión y luego (después de bajar a los pasajeros y chofer) rocían de combustible y finalmente le prenden fuego a la unidad.
Nelson Fernández, presidente de la Federación de Transporte de Servicios Especiales de Honduras (Fetraseh), estima que los daños causados con esas acciones terroristas “podrían ser mayores a los 100 millones de lempiras”.
“Un bus grande cuesta unos 8 millones de lempiras, un pequeño (“rapidito”) 700 mil lempiras. Cuando los incendian pierde el dueño porque las aseguradoras no cubren estos problemas”, dijo Fernández.
Lucha
La noche del martes, el Congreso Nacional acordó estipular en el Código Penal el delito de terrorismo para los individuos que incendien los buses y camiones repartidores.
“En Honduras hay buenas leyes, solo deben hacerlas cumplir. Con esta aprobación también deben crear un plan de seguridad para el transporte y si no la pueden dar, que busquen asesoría en el extranjero”, dijo Fernández.
Amílcar Hernández, jefe de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), se siente satisfecho con las reformas realizadas por el Congreso Nacional al Código Penal que califican como terrorismo estas acciones cometidas por las maras.
La tipificación de terrorismo a la quema de buses, la calificación de extorsión a la acción de enviar una nota intimidante a una persona para exigirle dinero y el uso de prueba anticipada del testigo protegido le facilitarán a los agentes de la FNA capturar a los delincuentes y reducir el delito que golpea a los hondureños, según Hernández.
