Omoa, Honduras.
Las autoridades municipales buscan desesperadamente ayuda para comprar un terreno que les permita reubicar a 124 familias de las comunidades de Barra de Cuyamel y Río Motagua que están expuestas a las llenas por las mareas.
La última emergencia se presentó hace unas semanas con el ingreso al país del primer frente frío de 2017. El fenómeno provocó que las olas tomaran una altura considerable, a tal grado de inundar a esos dos poblados, no solo de agua, sino de grandes cantidades de basura que es arrastrada por la corriente del río Motagua desde Guatemala.
Eso obligó al Comité de Emergencia Municipal (Codem) y la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) a evacuar a cerca de diez familias por varios días.
“Desde hace dos años venimos tocando puertas en el Gobierno y organizaciones no gubernamentales para que nos ayuden económicamente para adquirir un terreno a fin de reubicar a esos ciudadanos que cada vez que llueve quedan expuestos a las mareas”, manifestó Ricardo Alvarado, alcalde de Omoa.
Las aldeas que fueron fundadas hace décadas no tenían problemas de ese tipo hasta 2012. La situación es uno de los efectos del cambio climático.
Alvarado explicó que requieren de tres millones de lempiras para comprar el predio que está ubicado en la comunidad de Buena Vista, en el mismo sector; sin embargo, con un nivel más alto de donde estas personas habitan.
“Los encargados de Copeco a nivel noroccidental nos alertaron de que es urgente sacar a esas familias de esa zona y que esa institución se encargará de la construcción de las viviendas y servicios básicos para los reubicados”, indicó.
El problema es que la Municipalidad no cuenta con los fondos para el terreno, por tal razón busca de la mano amiga de cualquier organización para desarrollar el proyecto.
Problemas
Francisco Mejía, presidente del patronato de la Barra del Río Motagua, se ha unido a las gestiones de los ediles. Junto con otros pobladores han formado comisiones para hacer visitas a algunas instituciones a fin de exponer el riesgo que están pasando, pero no han tenido respuesta.
“Estamos preocupados, tenemos la fe de encontrar el apoyo que necesitamos. En el lugar vivimos adultos y decenas de niños; tememos lo peor”, expuso.
A la Barra de Cuyamel se ingresa en carro, pero a la del Río Motagua solo en lancha o cayuco.
Las últimas crecidas dejaron toneladas de desechos. La contaminación es otra amenaza que enfrentan estos humildes hondureños.
Las autoridades municipales buscan desesperadamente ayuda para comprar un terreno que les permita reubicar a 124 familias de las comunidades de Barra de Cuyamel y Río Motagua que están expuestas a las llenas por las mareas.
La última emergencia se presentó hace unas semanas con el ingreso al país del primer frente frío de 2017. El fenómeno provocó que las olas tomaran una altura considerable, a tal grado de inundar a esos dos poblados, no solo de agua, sino de grandes cantidades de basura que es arrastrada por la corriente del río Motagua desde Guatemala.
Eso obligó al Comité de Emergencia Municipal (Codem) y la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) a evacuar a cerca de diez familias por varios días.
“Desde hace dos años venimos tocando puertas en el Gobierno y organizaciones no gubernamentales para que nos ayuden económicamente para adquirir un terreno a fin de reubicar a esos ciudadanos que cada vez que llueve quedan expuestos a las mareas”, manifestó Ricardo Alvarado, alcalde de Omoa.
Las aldeas que fueron fundadas hace décadas no tenían problemas de ese tipo hasta 2012. La situación es uno de los efectos del cambio climático.
| La única manera para ingresar a la Barra del Río Motagua es por lancha o cayuco.
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“Los encargados de Copeco a nivel noroccidental nos alertaron de que es urgente sacar a esas familias de esa zona y que esa institución se encargará de la construcción de las viviendas y servicios básicos para los reubicados”, indicó.
El problema es que la Municipalidad no cuenta con los fondos para el terreno, por tal razón busca de la mano amiga de cualquier organización para desarrollar el proyecto.
Problemas
Francisco Mejía, presidente del patronato de la Barra del Río Motagua, se ha unido a las gestiones de los ediles. Junto con otros pobladores han formado comisiones para hacer visitas a algunas instituciones a fin de exponer el riesgo que están pasando, pero no han tenido respuesta.
“Estamos preocupados, tenemos la fe de encontrar el apoyo que necesitamos. En el lugar vivimos adultos y decenas de niños; tememos lo peor”, expuso.
A la Barra de Cuyamel se ingresa en carro, pero a la del Río Motagua solo en lancha o cayuco.
Las últimas crecidas dejaron toneladas de desechos. La contaminación es otra amenaza que enfrentan estos humildes hondureños.
