24/04/2024
09:22 PM

Estelina lleva el sabor de sus baleadas a Estados Unidos

El local adonde funcionará el restaurante de comida típica hondureña en la ciudad de Kissimmee, Florida.

    San Pedro Sula, Honduras.

    El sabor de las baleadas Estelina’s está haciendo maletas para viajar a Estados Unidos a deleitar otros paladares.

    El local adonde funcionará el restaurante de comida típica hondureña en la ciudad de Kissimmee, Florida, ya está casi listo, solo falta que se instale el sazón que por años ha puesto Estelina Madrid a sus célebres baleadas.

    Con la ayuda de sus cuatro hijos, la emprendedora mujer ha logrado expandir el negocio que comenzó en el mercado Guamilito en 1972; aunque ella, desde niña, se había fajado vendiendo otras comidas en las calles.

    “Con once lempiras hice mi primer puesto de verduras cuando vivía en una cuartería que estaba tres cuadras abajo del hotel San Pedro”, comenta Estelina en un receso del ajetreo de su negocio del barrio Guamilito.

    Recién había llegado del mercado El Rápido de hacer las compras del popular establecimiento cuando accedió a recordar el camino de sacrificios que tuvo que recorrer para convertirse en la empresaria que es ahora.

    Su hijo mayor está dando los últimos toques al local adonde funcionará su nuevo restaurante en Estados Unidos.
    Con dos fajazos marcados en su espalda y dos gallinas bajo el brazo salió huyendo, a los nueve años, de los castigos de su padre cuando vivía en la aldea Concordia, municipio de Concepción del Norte, Santa Bárbara.

    En Trinidad vendió las gallinas para comprar el pasaje rumbo a San Pedro Sula adonde vivía su madre desde que dejó por bolo a su marido. Estelina encontró a su madre en el desaparecido mercado San José, vendiendo ropa, y de inmediato se puso a ayudarle, pero no se quedó a vivir con ella porque ya tenía otro compañero, así que se fue donde su abuela que alquilaba en la cuartería conocida como Gato Negro.

    De los cincuenta centavos que le daba su madre para comprar comida, Estelina gastaba 30 y la diferencia la ahorraba. Así fue que formó el “capital” para montar su primer negocio: un puesto de verduras frente a la cuartería.

    Estelina también trabaja en su casa elaborando tamales y torrejas que vende en temporadas.
    En su adolescencia se desempeñó como dependienta de un supermercado y administradora de una pequeña panadería, pero su futuro estaba en el negocio propio.

    Se partió la espalda haciendo comidas, incluyendo las baleadas que les dieron impulso a sus negocios. Esa trayectoria de trabajo emprendedor será reconocida por el Centro Cultural Sampedrano con motivo del Día de la Mujer. También será homenajeada Martha Molanphy, quien tiene más de 30 años de destacarse como pintora.

    Aunque Estelina Madrid es una empresaria consagrada con una cadena de restaurantes que ahora toca el mercado estadounidense, continúa trabajando en la cocina como en sus comienzos y desarrollando otras labores a la par de sus empleadas.

    Se siente orgullosa de haber hecho la baleada más grande del mundo, en una feria que se celebró en el año 2003 en San Pedro Sula en la que se gastaron dos quintales de harina.