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Bodas de plata por 25 años de vida consagrada a Dios

  • 07 enero 2017 /

San Pedro Sula, Honduras

Trascurría el 1988, cuando el 30 de enero de ese año la ahora religiosa Suyapa Rodríguez, iniciaba a vivir de una manera que muy pocos se atreven, pero que para ella representaba su más grande anhelo.

Ingresó al Instituto María Auxiliadora con el firme propósito de seguir a Jesús en su estilo de vida y asimismo aportar a la comunidad a través de su labor como religiosa.

“Lo más valioso y grande que nuestro Señor me ha regalado es servir a los jóvenes, porque nuestro carisma es la educación que les damos a todos ellos. Esa experiencia me ha regalado momentos muy felices y de mucha enseñanza”, dijo la sor.

En sus casi tres décadas de fidelidad y lealtad a los designios cristianos, ha tenido la oportunidad de desempeñarse como orientadora, maestra, pero sobre todo como una guía espiritual para miles de personas en Guatemala, El Salvador y Honduras. Asegura que todos los sacrificios hechos valen la pena cuando recuerda que tiene el amor infinito de su Padre Celestial y de todos aquellos a quienes en algún momento ha dado una palabra de aliento.

A las novicias se les colocó una corona sobre sus cabezas como símbolo de triunfo y constancia.

Consagración

Junto con la hermana Suyapa, otras siete monjas más celebraron ayer la solemne ceremonia de sus bodas de plata por más de 25 años de vida consagrada a Dios.

La eucaristía tuvo lugar en la parroquia del Instituto María Auxiliadora, con una misa dirigida por el obispo de la diócesis de San Pedro Sula, Ángel Garachana, el cual instó a las hermanas a que continúen manteniendo encendidas en sus corazones la llama del fervor y misericordia al prójimo.

“Su profesión primera, hace 25 años, nació precisamente de esta experiencia del amor de Dios, un amor que las fue formando y las ha acompañado en su proceso para que comprueben que Dios es fiel en todo momento y nunca nos deja aunque fallemos”, expresó el líder católico. María Hernández, Yolanda Aldana, Alicia del Carmen Paz, Juana Henríquez, Mirna Mejía, Suyapa Rodríguez, Carla Figueroa y Roxana Bolaños renovaron sus votos de pobreza, castidad y obediencia llenas de alegría y confiadas de que este es apenas el comienzo de un largo camino.

Las hermanas fueron acompañadas por familiares y compañeras. Fotos. C. santos.