San Pedro Sula, Honduras.
Osman Orlando Pavón Ramírez (de 29 años) viaja tres veces de Santa Rosa de Copán al Instituto Hondureño de Seguro Social (IHSS) en esta ciudad para que le hagan hemodiálisis.
Esta ha sido su rutina desde los 21 años de edad, cuando los médicos descubrieron que padecía hipertensión y tenía un daño irreversible en sus riñones.
Su labor como dependiente en la sultana de occidente se ve interrumpido cada dos días para realizar este tratamiento, sin el cual fallecería en unos días.
“Cuando tenía 21 años estaba trabajando y pasaba cansado, no podía caminar y estuve una semana sin dormir porque los daños en mis riñones se manifestaron tras mi hipertensión asintomática. El médico me dijo que necesitaba diálisis de por vida”, manifestó.
Pavón asegura que algunos días se levanta afectado por su condición, aunque la mayor parte del tiempo es positivo y las cosas marchan bien.
“Gracias a Dios esto no me afectó pese a que no sabía que era una diálisis cuando me diagnosticaron. Me asusté, pero estaba tranquilo y desde entonces acudo al IHSS. En ese proceso mi familia me ha apoyado. Me he acostumbrado a estar con esta enfermedad. Tengo prohibido hacer fuerza, comer sal, carnes y mariscos”.
Instó a los jóvenes que no cuidan su alimentación y no hacen ejercicio a que se cuiden y que vayan al médico regularmente. “En mi caso la detección tardía de mi hipertensión me afectó”, agregó.
Blanca Emilia Morales, administradora de la unidad de hemodiálisis del IHSS, indicó que al día atienden a 105 personas para hacer una cobertura total de unas 600 horas a la semana provenientes de varios sectores. El costo semanal por paciente es de 12,000 lempiras pero lo absorbe la institución.
La hemodiálisis es una técnica que sustituye las funciones principales del riñón, haciendo pasar la sangre a través de un filtro (funcionando como riñón artificial) donde se realiza su depuración, retornando nuevamente al paciente libre de impurezas.
Cada ciclo de limpieza dura cuatro horas en promedio.
Osman Orlando Pavón Ramírez (de 29 años) viaja tres veces de Santa Rosa de Copán al Instituto Hondureño de Seguro Social (IHSS) en esta ciudad para que le hagan hemodiálisis.
Esta ha sido su rutina desde los 21 años de edad, cuando los médicos descubrieron que padecía hipertensión y tenía un daño irreversible en sus riñones.
Su labor como dependiente en la sultana de occidente se ve interrumpido cada dos días para realizar este tratamiento, sin el cual fallecería en unos días.
“Cuando tenía 21 años estaba trabajando y pasaba cansado, no podía caminar y estuve una semana sin dormir porque los daños en mis riñones se manifestaron tras mi hipertensión asintomática. El médico me dijo que necesitaba diálisis de por vida”, manifestó.
Pavón asegura que algunos días se levanta afectado por su condición, aunque la mayor parte del tiempo es positivo y las cosas marchan bien.
“Gracias a Dios esto no me afectó pese a que no sabía que era una diálisis cuando me diagnosticaron. Me asusté, pero estaba tranquilo y desde entonces acudo al IHSS. En ese proceso mi familia me ha apoyado. Me he acostumbrado a estar con esta enfermedad. Tengo prohibido hacer fuerza, comer sal, carnes y mariscos”.
Instó a los jóvenes que no cuidan su alimentación y no hacen ejercicio a que se cuiden y que vayan al médico regularmente. “En mi caso la detección tardía de mi hipertensión me afectó”, agregó.
Blanca Emilia Morales, administradora de la unidad de hemodiálisis del IHSS, indicó que al día atienden a 105 personas para hacer una cobertura total de unas 600 horas a la semana provenientes de varios sectores. El costo semanal por paciente es de 12,000 lempiras pero lo absorbe la institución.
La hemodiálisis es una técnica que sustituye las funciones principales del riñón, haciendo pasar la sangre a través de un filtro (funcionando como riñón artificial) donde se realiza su depuración, retornando nuevamente al paciente libre de impurezas.
Cada ciclo de limpieza dura cuatro horas en promedio.
