Cofradía, Honduras.
Los siete hijos de Óscar Henríquez y Enma Ayala ya están completos de nuevo. La alegría no cabe en la pequeña vivienda que tienen a orillas de Cofradía, por el regreso de Erik Josué, el gemelo de tres meses que una mujer les había robado en las calles de San Pedro Sula.
Fueron cinco días de angustia los que vivió la pareja después que el bebé cayó en los brazos de una extraña, quien se les acercó amigablemente cuando salían del Registro Nacional de las Personas con sus dos criaturas en brazos.
La pasión de Enma por los niños comenzó antes de ser madre pues en su adolescencia trabajó como niñera en varios hogares. óscar dice que la conoció porque era la “china” de los hijos de una hermana de él, en Cofradía.
Al juntarse, ella dejó el trabajo para dedicarse solo al hogar, mientras su marido se fajaba vendiendo tajadas de plátano embolsadas en las colonias de la ciudad.
Pronto llegó el primer hijo que ahora tiene 13 años y sucesivamente los otros seis incluyendo los gemelos nacidos el pasado 2 de junio mediante cesárea en el hospital Materno Infantil de San Pedro Sula.
La familia vive en una casa de material prefabricado que la municipalidad les construyó en vista que la que tenían se les estaba cayendo por pedazos, comentó Óscar. De allí salieron el martes 4 de octubre rumbo a San Pedro Sula para asentar a los gemelitos, pero no lo pudieron hacer porque solamente llevaban la boleta de nacimiento de uno de ellos. Ese fue un mal día porque al salir de las atestadas oficinas los abordó la mujer que con mucha labia les fue ganando la confianza hasta lograr que la madre le prestara al bebé que ella cargaba, “para que descanse”.
A fin de aprovechar el viaje a la ciudad la pareja decidió ir a comprar una leche especial para recién nacidos, en un supermercado del barrio Medina. “Yo también tengo que comprar leche, los voy a acompañar”, dijo la extraña y se fue caminando con ellos.
Por todo el camino les iba platicando. Les dijo que tenía a su madre grave en San Luis Santa Bárbara y que le había comprado moringa, pero que no estaba segura si eso era lo que le habían vendido.
En ese momento sacó un frasco y se lo dio a oler a la madre para que comprobara si se trataba de moringa, pero ella sintió que aquello más bien olía a vainilla.
Óscar, quien también absorbió el supuesto medicamento, dice que después que lo olió quedó “como ido de la mente”.
Como no hallaron la leche en Medina, se fueron de regreso por toda la siete calle hasta el barrio Lempira. Allí el hombre se metió a un supermercado a buscar la leche, pero tampoco la encontró. Cuando salió, solo estaba su mujer sin el niño y fue entonces que comenzó la desesperación.
La robachicos cometió el error de darle su número de celular a Enma. Gracias a esto la policía localizó su cuenta de Facebook y consecuentemente el lugar donde estaba con el tierno. La mujer, identificada como María ángela Sánchez, quien fue acusada por el delito de sustracción de menores y goza de medidas distintas a la prisión preventiva, ya había presentado ante vecinos y familiares el niño como hijo suyo cuando fue detenida.
Los siete hijos de Óscar Henríquez y Enma Ayala ya están completos de nuevo. La alegría no cabe en la pequeña vivienda que tienen a orillas de Cofradía, por el regreso de Erik Josué, el gemelo de tres meses que una mujer les había robado en las calles de San Pedro Sula.
Fueron cinco días de angustia los que vivió la pareja después que el bebé cayó en los brazos de una extraña, quien se les acercó amigablemente cuando salían del Registro Nacional de las Personas con sus dos criaturas en brazos.
La pasión de Enma por los niños comenzó antes de ser madre pues en su adolescencia trabajó como niñera en varios hogares. óscar dice que la conoció porque era la “china” de los hijos de una hermana de él, en Cofradía.
Al juntarse, ella dejó el trabajo para dedicarse solo al hogar, mientras su marido se fajaba vendiendo tajadas de plátano embolsadas en las colonias de la ciudad.
 El niño que fue raptado es el que nació primero.
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La familia vive en una casa de material prefabricado que la municipalidad les construyó en vista que la que tenían se les estaba cayendo por pedazos, comentó Óscar. De allí salieron el martes 4 de octubre rumbo a San Pedro Sula para asentar a los gemelitos, pero no lo pudieron hacer porque solamente llevaban la boleta de nacimiento de uno de ellos. Ese fue un mal día porque al salir de las atestadas oficinas los abordó la mujer que con mucha labia les fue ganando la confianza hasta lograr que la madre le prestara al bebé que ella cargaba, “para que descanse”.
 Los padres lo distinguen porque “es más cachetoncito”.
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Por todo el camino les iba platicando. Les dijo que tenía a su madre grave en San Luis Santa Bárbara y que le había comprado moringa, pero que no estaba segura si eso era lo que le habían vendido.
En ese momento sacó un frasco y se lo dio a oler a la madre para que comprobara si se trataba de moringa, pero ella sintió que aquello más bien olía a vainilla.
Óscar, quien también absorbió el supuesto medicamento, dice que después que lo olió quedó “como ido de la mente”.
 Dos mujeres policía fueron clave para capturar a la mujer y recuperar el bebé.
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La robachicos cometió el error de darle su número de celular a Enma. Gracias a esto la policía localizó su cuenta de Facebook y consecuentemente el lugar donde estaba con el tierno. La mujer, identificada como María ángela Sánchez, quien fue acusada por el delito de sustracción de menores y goza de medidas distintas a la prisión preventiva, ya había presentado ante vecinos y familiares el niño como hijo suyo cuando fue detenida.
 La madre cocina en un ecofogón.
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