Taulabé, Honduras
Introducirse al monumento natural de las Cuevas de Taulabé, en el kilómento 140 de la carretera CA-5 que une a San Pedro Sula con Tegucigalpa, es querer descubrir el misterio que encierra su formación sedimentaria natural.
Fueron descubiertas en 1969 y forman parte de las 24 cuevas de origen natural que hay en el municipio de Taulabé.
Los primeros 300 metros de ese mundo espeleológico se recorren en media hora. Hay gradas con pasamanos y un sistema de iluminación espectacular que resulta ideal para tomarse la foto de recuerdo.
Durante el recorrido se observan formaciones que crecen un centímetro cada 100 años y con maravillosas figuras que ha esculpido el agua en la roca caliza.
El turista encuentra a su paso la figura de un barco, la silueta de la Virgen de Guadalupe y la mandíbula de un tiburón. Al llegar al centro de la cueva, al que le han llamado el área internacional, uno podría jurar que se ve el perfil del indio Lempira, el Coliseo Romano al revés, la imagen de un buda y Los Moai, las gigantescas estatuas de piedra de la Isla de Pascua.
Al culminar los primeros 300 metros de recorrido aparecen tres figuras que llaman la atención de los turistas, el Rostro de la momia, el Ala del ángel y El manto del cura.
Hay otros 300 metros más de recorrido para aquellos que disfrutan de la adrenalina pura, pues les espera una exploración sin luz, sin gradas y donde se tendrá que deslizar y arrastrar para poder recorrerla.
El costo por esta experiencia es de L150, más una propina voluntaria para el guía. Los extranjeros pagan $4.00 equivalente a L84. Está abierto de lunes a domingo de 8:00 am 4:00 pm con excepción del 24 y 31 de diciembre.
Mientras se realizaban los trabajos de construcción de la CA-5 se descubrió un boquete que podría ser la continuidad o ramal de las Cuevas de Taulabé. Se está a la espera de recibir información de Antropología e Historia.
