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'Dios me llamó sabiendo que tengo muchos defectos'

  • 07 octubre 2016 /

El párroco de la catedral San Pedro Apóstol cumple 20 años de haber sido ordenado como sacerdote.

San Pedro Sula, Honduras

El sacerdocio es un estilo de vida de desprendimiento, entrega, sacrificios y renuncias que no siempre coincide con los valores que tiene el mundo de riquezas y poder, así describe el padre José Antonio Canales el camino que eligió seguir hace 20 años.

El padre nacido en La Lima y que fue nombrado en julio de 2015 como párroco de la catedral San Pedro Apóstol se considera un religioso muy cercano al Señor y a la feligresía. En una entrevista concedida a LA PRENSA habló de sus vivencias y de su deseo de que Honduras sea un mejor país.

Dato
'La catedral más allá de una iglesia
es el edificio más bello de la ciudad”
¿Qué significa cumplir 20 años de ordenación sacerdotal?

Este aniversario me confirma la presencia del Señor en cada uno de los que Él llama para servirle. Cuando fue elegido, el papa Benedicto dijo: “El Señor nos toma como sus instrumentos, incluso sabiendo que somos instrumentos defectuosos”. Esta expresión del Papa caló profundamente en mí. Dios me llamó sabiendo que soy un ser humano con virtudes pero también con muchos defectos, por tanto, todo lo que he hecho en estos 20 años como sacerdote, como pastor es gracia de Dios en mí. Él es quien ha actuado y yo muchas veces no he sabido seguir a cabalidad sus instrucciones, pero al final sigue contando conmigo, y por eso este aniversario me llena de alegría.

¿Cuál es la anécdota que más ha marcado su vida sacerdotal?

Estando de párroco en la López Arellano visité una prisión en el estado de Texas. Al llegar comencé a saludar antes de la misa a los hispanos y hondureños y me encontré con un joven que me dijo que era de la López Arellano. Le dije “soy el párroco allá” y me contó que no sabía nada de su mamá ni ella de él y que seguramente estaba sufriendo. Cuando regresé me fui a buscarla, le conté que su hijo había cometido una falta menor y que estaba preso, pero lo más importante, estaba vivo. Ella no cesaba de darme gracias por lo feliz que le hacía la noticia.

A mediados de 2004 cuando me faltaban unas semanas para dejar mi cargo de párroco en aquel sector, la mamá me visitó y me dijo: “Padre, me enteré de que usted ya se va de la López y vengo a decirle lo agradecida que estoy por la noticia que me trajo de que mi hijo estaba vivo allá. Nunca lo olvidaré padre”. Me dio vueltas el corazón de tener delante de mí a un ser humano tan agradecido.

¿Hay miedo al sacerdocio en este tiempo?

El sacerdocio es un estilo de vida de desprendimiento, entrega, sacrificios y renuncias que no siempre coincide con los valores que tiene el mundo de riquezas y poder.

Estamos en un mundo que valora los éxitos profesionales, empresariales, sociales, políticos etc. Los jóvenes que expresan a su familia, y amigos sobre su intención de abrazar el sacerdocio se encuentran con el rechazo, comentarios hirientes y burlas. El mismo proceso ha ayudado a miles de jóvenes a afirmar su fe y cimentar sus valores cristianos, no sin antes pasar por duras pruebas.

¿Cómo vislumbra el país?

Los hondureños estamos cosechando los frutos de años de una histórica corrupción, el país ha sido saqueado desde 1821 cuando nacimos como nación. Hay ausencia de un sentido fraterno. Necesitamos con urgencia un plan de país para los próximos 30 años o más, dilucidar qué clase de nación queremos, pero no un proyecto hecho por un Gobierno sino fruto de un acuerdo nacional. Que no importe quién llegue al poder, que el plan continúe hasta alcanzar los objetivos, que sin lugar a dudas deben ser una nación de paz y justicia verdaderas.

¿Cuál es su mensaje para los sampedranos?

Que sigan creciendo en ese mismo espíritu altamente emprendedor y dinámico, pero también que no sean indiferentes al acontecer social y político de la ciudad y que sean más exigentes con sus autoridades.

Considerando que usted es activo en las redes sociales ¿qué piensa de ellas?

Son un instrumento valiosísimo para transmitir todo lo bueno, noble y justo que viene de Dios y de la humanidad que vive cercana a los valores del Reino. Personalmente estoy transmitiendo en la red desde mi condición de pastor y como amigo sacerdote todo aquello que considero vale la pena en un mundo donde abunda la tristeza, el dolor, la incertidumbre y la ausencia de paz, el dar un poco de esperanza, alegría, consuelo y solidaridad es parte de la misión del cristiano.