Tegucigalpa, Honduras.
Poco importa el clima cuando el turista está en Tela, el destino preferido en el litoral atlántico hondureño a solo hora y media de San Pedro Sula.
Con sol y el mar azul, o con lluvia y el mar gris, los turistas pueden disfrutar las bondades de la ciudad y sus alrededores.
El sol trae la alegría del Caribe, con gente de vestidos multicolores caminando por la playa, dibujando mensajes en la arena, construyendo castillos o enterrándose en ella, sumergiéndose en el mar o buscando nuevas experiencias como el senderismo o el aviturismo en lugares como Punta Sal, Laguna de los Micos, Cayos Cochinos, Punta Isopo o Lancetilla, en donde con una careta y un tubo de respiración el viajero puede sumergirse en el mar y ver los corales y peces en la práctica conocida como snorkel.
También es posible visitar las comunidades garífunas de Miami, Tornabé, San Juan, Nuevo San Juan o Triunfo de La Cruz, en donde se deleitará con la rica cultura y la gastronomía de la etnia.
“Tenemos reportes de lugares sobrevendidos como Tela, y si los turistas no se dan prisa pueden quedarse sin habitaciones”, confirmó Luis Molina, presidente de los operadores de turismo de Honduras.
Y si la lluvia cae, la alegría no se acaba. Desde los restaurantes a la orilla de la playa, la experiencia sigue mientras se degusta una sopa de mariscos, camarones o langosta, comida italiana, una cerveza fría o un pan de coco con café.
La experiencia es más encantadora al ver los niños garífunas que bailan frente a cada mesa para ganar dinero, al igual que los músicos del lugar.
Mientras los platos llegan, Sissi y Vito, los italianos propietarios de la pizzería Bella Italia, cerca al muelle, pueden contar las razones que los llevaron a quedarse en Tela desde hace 13 años.
Quienes son atraídos por la artesanía encuentran collares de conchas y piedras marinas y pulseras tejidas en el lugar y que incorporan piezas de madera o coco.
Susset y su hija, así como Marbella, son algunas de las jóvenes que los venden y hacen pasar volando el tiempo mientras el sol vuelve a salir.
Poco importa el clima cuando el turista está en Tela, el destino preferido en el litoral atlántico hondureño a solo hora y media de San Pedro Sula.
Con sol y el mar azul, o con lluvia y el mar gris, los turistas pueden disfrutar las bondades de la ciudad y sus alrededores.
El sol trae la alegría del Caribe, con gente de vestidos multicolores caminando por la playa, dibujando mensajes en la arena, construyendo castillos o enterrándose en ella, sumergiéndose en el mar o buscando nuevas experiencias como el senderismo o el aviturismo en lugares como Punta Sal, Laguna de los Micos, Cayos Cochinos, Punta Isopo o Lancetilla, en donde con una careta y un tubo de respiración el viajero puede sumergirse en el mar y ver los corales y peces en la práctica conocida como snorkel.
Los parques naturales cercanos ofrecen la posibilidad de tener un contacto directo con la flora y fauna del lugar.
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“Tenemos reportes de lugares sobrevendidos como Tela, y si los turistas no se dan prisa pueden quedarse sin habitaciones”, confirmó Luis Molina, presidente de los operadores de turismo de Honduras.
Y si la lluvia cae, la alegría no se acaba. Desde los restaurantes a la orilla de la playa, la experiencia sigue mientras se degusta una sopa de mariscos, camarones o langosta, comida italiana, una cerveza fría o un pan de coco con café.
La experiencia es más encantadora al ver los niños garífunas que bailan frente a cada mesa para ganar dinero, al igual que los músicos del lugar.
Las calles cerca del muelle tienen varios restaurantes donde se puede disfrutar de la comida de mar, la típica hondureña y hasta la comida italiana.
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Quienes son atraídos por la artesanía encuentran collares de conchas y piedras marinas y pulseras tejidas en el lugar y que incorporan piezas de madera o coco.
Susset y su hija, así como Marbella, son algunas de las jóvenes que los venden y hacen pasar volando el tiempo mientras el sol vuelve a salir.
En casi todos los lugares hay una venta permanente de productos como pan de coco o tabletas, guiffity o aceite de coco. También resaltan las ventas de artesanías.
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