Los antidepresivos ya no son solo para la depresión

Ahora se están usndo para tratar la ansiedad, el insomnio, el dolor crónico, los trastornos de pánico, la fibromialgia, las migrañas,

  • 27 may 2016

Estados Unidos


Los médicos recetan antidepresivos para una gran cantidad de problemas médicos aparte de la depresión, lo que aparentemente está causando un gran aumento en las ventas de estos medicamentos, informan los investigadores.

La depresión fue el motivo de solamente un poco más de la mitad de las recetas de antidepresivos que emitieron los médicos de Quebec en los últimos 10 años, según un estudio canadiense.

Los médicos también recetaron antidepresivos para tratar la ansiedad, el insomnio, el dolor crónico, los trastornos de pánico, la fibromialgia, las migrañas, los trastornos obsesivos-compulsivos y una gran cantidad de otras afecciones 'no indicadas en la etiqueta' para los que dichos medicamentos no están aprobados, según el informe.

Dos de cada tres recetas de antidepresivos que no eran por depresión se dieron para un propósito distinto a los indicados en la etiqueta, mostraron los hallazgos.

'Lo que resulta preocupante aquí es que cuando se hace una receta para otras afecciones que no son la depresión, con frecuencia son para indicaciones como la fibromialgia y las migrañas, para las que no se sabe si el medicamento va a ser efectivo, porque nunca se ha estudiado', dijo la autora principal, Robyn Tamblyn, profesora de epidemiología y bioestadística en la Universidad de McGill, en Montreal. 'Estos médicos están recetando a ciegas', lamentó.

El uso de antidepresivos en Estados Unidos aumentó en casi un 400 por ciento entre 1988-1994 y 2005-2008, y las cifras más recientes muestran que el 11 por ciento de los adolescentes y los adultos toman antidepresivos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Los investigadores han sospechado que parte de este gran aumento podría deberse a que los médicos recetan antidepresivos para indicaciones que no están en la etiqueta y que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos no ha evaluado, dijo Tamblyn.

Para investigarlo, Tamblyn y sus colaboradores recogieron los expedientes médicos electrónicos creados por médicos de atención primaria en Quebec entre 2006 y 2015.

Durante ese periodo, 158 médicos emitieron aproximadamente 102,000 recetas de antidepresivos para 120,000 pacientes, descubrieron los investigadores.

Solo el 55% de las recetas de antidepresivos eran para tratar la depresión, afirmaron los investigadores.

Otras enfermedades tratadas con antidepresivos fueron: los trastornos de ansiedad (el 18.5%), el insomnio (el 10%), el dolor crónico (el 6%), y los trastornos de pánico (el 4%).

En el caso de varias de las afecciones mencionadas, nunca se ha aprobado ningún antidepresivo para su tratamiento, indicaron los investigadores. Estas incluyen las migrañas, la menopausia, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y los trastornos del sistema digestivo.

Otras afecciones que se trataron con antidepresivos fueron la disfunción sexual, el síndrome premenstrual, el trastorno de estrés postraumático, los problemas urinarios y la bulimia.

El doctor Peter Kramer, experto en depresión, dijo que los antidepresivos tienen un rango amplio de usos potenciales, debido al modo en que funcionan.

'Siempre he escrito que el término antidepresivos no es la mejor manera de llamarlos', comentó Kramer, profesor clínico emérito de psiquiatría y conducta humana en la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island.

'Son activos en el sistema nervioso, pero si revierten la depresión o si intervienen contra algunos tipos de lesiones en las células nerviosas de algún modo general que no se dirige a la depresión, es una cuestión que parece abierta', añadió Kramer, que no participó en el estudio.

Algunos médicos usan un antidepresivo sedante llamado Trazodona para contrarrestar el insomnio en las personas adictas que están dejando las drogas, señaló Kramer. Otros han usado dosis bajas de antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, para tratar el dolor crónico.

'Soy un poco más escéptico con respecto los resultados muy generalizados de esta investigación que hacen parecer a los médicos como si fueran tontos', dijo Kramer. 'Me gusta empezar con la presunción de que hay alguna razón e intento averiguar de qué se trata'.

Pero se podrían estar produciendo algunos usos de los antidepresivos más allá de lo indicado en la etiqueta por una tradición creada, más que por un conocimiento práctico o científico, dijo la autora principal del estudio, Jenna Wong, investigadora de la McGill.

'Se han vuelto usos no indicados en la etiqueta muy conocidos de estos medicamentos en la comunidad médica', dijo Wong. 'Es algo así como una cultura entre los médicos. Uno ve que su colega lo receta, y entonces se es más propenso a hacerlo'.

Kramer y Tamblyn añadieron que deben realizarse ensayos clínicos de estos usos no indicados en la etiqueta de los antidepresivos, para demostrar o descartar su efectividad.

'Si los médicos están usando medicamentos en estas áreas, deberíamos hacer más investigaciones formales en esas áreas', planteó Kramer.

En el futuro, los investigadores de la depresión tienen que tener en cuenta que las recetas de antidepresivos no son un buen modo de dar seguimiento al trastorno del estado de ánimo, dado que la mitad de estos medicamentos se recetan con la intención de tratar otras afecciones, añadió.

En otras palabras, 'no deberíamos usar las recetas de antidepresivos como un representante de la depresión', dijo Kramer.

Los resultados del estudio aparecen en la edición del 24 de mayo de la revista Journal of the American Medical Association.