Hágase la citología para detectar a tiempo el cáncer de útero

Toda mujer que ha empezado a tener relaciones sexuales debe realizarse la prueba. Si se detecta en estadios tempranos puede obtener buenos resultados

SAN PEDRO SULA.

El cáncer de cérvix es una de las principales causas de muerte entre las mujeres hondureñas.

La mejor forma de detectarlo en episodios primarios es realizándose la citología vaginal de forma anual.

Los grupos de alto riesgo son las mujeres de 30-59 años de edad.

El cáncer de cérvix ocupa el primer lugar de incidencia en el país con un 62.3%, seguido del cáncer de mama con un 12.5% y el cáncer de piel con un 4.8%.

José Palomo, ginecólogo oncólogo, comenta que el cáncer de cérvix uterino es un proceso invasivo que se inicia habitualmente en la unión escamocilíndrica del cuello uterino a partir de los componentes escamosos o adenomatosos (glandulares) del epitelio cervical.

Es un padecimiento de origen multifactorial y actualmente es considerado una enfermedad de transmisión sexual, ya que su principal agente es el virus del papiloma humano (VPH).

En Honduras se ha calculado que su incidencia es de 72 casos por cada 100,000 habitantes aproximadamente, ya que no se cuenta con una población absoluta para calcular la verdadera cifra; y solo un 50.2% de las mujeres hondureñas se han practicado por lo menos un examen vaginal en su vida y a un 20% se le ha detectado cáncer cérvico uterino.

Contacto.

Los factores de riesgo para padecerlo son tener relaciones sexuales a una temprana edad y tener múltiples parejas que participen en actividades sexuales de alto riesgo.

En su inicio, el cáncer de cérvix es asintomática, pero cuando se presenta el mal ya está en etapas avanzadas.

Examen.

El ginecólogo Alex Wolozny explica que la citología es un método de tamizaje del cáncer cervical, “esto significa que toda la población de mujeres debe realizarse el examen”.

Detalla que su importancia radica en lo accesible que resulta en cuanto a que se considera un procedimiento indoloro, no necesita anestesia y se realiza en forma ambulatoria.

La citología puede detectar celulas malignas del cérvix o cuello del útero y vagina aun en estadios tempranos de la enfermedad, permitiendo un excelente pronóstico para las pacientes.

José Palomo detalla que “la citología se realiza en combinación con una exploración ginecológica.

Con una pequeña espátula plana de madera o con un pequeño cepillo se toma una muestra de las células superficiales del cuello uterino, proceso que se consigue con tan solo un pequeño raspado sobre la zona”.

La muestra se coloca en una pequeña lámina delgada de vidrio o líquida y se envía al laboratorio para su examen al microscopio con el fin de deteminar si se presenta la enfermedad.

Tratamiento.

Palomo comenta que este tipo de neoplasia es posible curarla si se detecta en etapa precoz o neoplasia intraepitelial cervical (NIC) en un 100%.

Pero en el caso de invasión al tejido cervical y otros tejidos vecinos, la sobrevida depende del estadio de afectación de la siguiente manera: estadio I y II, supervivencia a los cinco años del 50-70%, según los factores de riesgos. Estadio III, supervivencia a los 5 años del 40%.

El cáncer del cuello uterino comienza con una fase curable o preinvasora (anomalías epiteliales conocidas con las denominaciones de displasia o neoplasia intraepitelial cervical o NIC), que evoluciona de modo lento en un período de años hasta alcanzar la fase invasora, momento en que la curación es mucho más difícil y costosa.

Las mujeres con lesiones precancerosas que reciben tratamiento tienen una alta tasa de supervivencia.

El área afectada del cuello uterino puede congelarse con una sonda fría (crioterapia) o retirarse con un asa caliente como bisturí.

Lo más importante es que las mujeres tomen conciencia que tienen que prevenir antes que lamentar una enfermedad.

Alimentación sana

La nutricionista Danori Carbajal comenta que el consumo habitual de algunos alimentos puede ayudarle a prevenir el aparecimiento del cáncer.

El té verde es una de las bebidas que es recomendable consumir tres veces al día. Contiene catequinas (EGCG), que es una de las moléculas más poderosas que ayuda a evitar la formación de las células cancerosas.

La soja contiene isoflanoides que tienen un efecto protector contra el cáncer de mama y de próstata. Se debe incluir en la comida diaria.

La cúrcuma, un especia de curry, posee propiedades antiinflamatorias, neuroprotectora, antioxidantes y antitumorales. Esta especia puede incluirla en su cocina.

El jengibre actúa como potente antiinflamatorio y anticoagulante, por lo que es más eficaz que la vitamina E. El ajo y cebolla colaboran en la eliminación de desechos del organismo. Ingiérala al natural de forma regular.

Y el brócoli posee fitonutrientes que disminuyen el riesgo de padecer de cáncer.

Es importante evitar que estos alimentos hiervan demasiado, pues la ebullición puede destruir sus propiedades.

El tomate contiene licopeno; este se ha asociado con una disminución del 30% al 40% del riesgo del cáncer de próstata.

Y el consumo del vino tinto contiene resveratrol y la quercetina que son compuestos fenólicos y juegan un papel importante como agentes antimutagénicos.

Una opción es tomar una copa diaria de vino. Mientras que los cítricos son antiinflamatorios y estimulan la desintoxicación de las sustancias cancerígenas.