La humedad y el calor pueden hacer aparecer hongos en los pies

Se debe evitar andar descalzo en playas, piscinas y baños públicos

  • 04 oct 2015

España

El calor, la humedad, la falta de hidratación, el calzado inadecuado son los principales desencadenantes de muchos de los problemas que aparecen tras el verano y motivo de numerosas consultas al podólogo.

Las podólogoas Raquel Rodríguez y Esther Patricia Hernández dicen que de igual manera que se mira la cara en el espejo todos los días se debe acostumbrar a observar los pies.

La piel macerada, descamada, con picor y mal olor pueden indicar que se está ante una posible infección por hongos (micosis).

Si advierte la presencia de una dureza redondeada, con puntos negros en su interior, muy doloroso al pellizcarlo podría estar ante un papiloma o verruga plantar.

Cambios de coloración en las uñas, aumento de grosor, fragilidad o aparición de estrías o hematomas no se deben interpretar como normales puesto que son signos de la presencia de alteraciones en las uñas (hongos, psoriasis y tumoraciones).

Los dolores que aparecen en la planta del pie, al levantarnos por la mañana, que tras los primeros pasos tienden a disminuir, pero que van en aumento a lo largo del día, son el primer indicio de lesiones en los pies (talalgias y fascitis)
Es fácil prevenir estas dolencias siguiendo unos sencillos consejos:

1. Lavar y secar minuciosamente los pies (especialmente entre los dedos).

2. Evitar mantener los pies húmedos durante largos espacios de tiempo, secándolos tras los baños o cambiando a menudo de calcetín.

3. Hidratar los pies con cremas ricas en urea. Una piel bien hidratada es la principal barrera contra la sequedad y la aparición de grietas.

4. Tratar de controlar el exceso de sudoración usando polvos pédicos astringentes o cremas reguladoras del sudor ante situaciones que nos generen una sudoración mayor de lo normal.

5. No caminar descalzo por suelos públicos (piscinas, balnearios, gimnasios, duchas o sobre moquetas de hotel).

6. No intercambiar calzado, calcetines o toallas. Incluso a la hora de comprar zapatos debemos probarlos con medias, calcetines o solicitar uno de plástico.

7. Usar el calzado adecuado para cada tipo de pie (según su longitud y anchura) y para cada actividad (andar, trabajar, deporte…).

8. Las chanclas o sandalias son para ir a la piscina o la playa no para caminar con ellas.

9. En la medida de lo posible, se debe elegir un zapato de fibras naturales tipo cuero o cáñamo (evitar a toda costa el plástico que produce recalentamiento, aumento de la sudoración y el roce) y que lleve algún tipo de sujeción al pie (hebillas, velcro, cordones).