¿Sabe cómo anda su sistema inmunológico?

El sistema inmune lo protege de virus, bacterias y muchas enfermedades, aprenda cómo cuidarlo.

  • 29 abr 2021

San Pedro Sula, Honduras

¿Padece con frecuencia de dolor de oído, riñones, diarreas, se le inflaman las encías o pasa con dolor muscular y articular sin razón aparente, se siente cansado y agotado? Cuidado, puede que su sistema inmunológico le está dando señales de que algo no anda bien.

Los afanes del día provocan que nos descuidemos de nosotros mismos, y sumados a la pandemia, muchos experimentan estrés y ansiedad que debilitan el sistema.

Consúmalas
La coliflor se caracteriza por su contenido en vitaminas B5, B6, vitamina C y K, además del ácido fólico. Mientras el ajo tiene propiedades microbianas, estimula los glóbulos blancos, que son las células que protegen de infecciones.
Alexa Caballero, especialista en Medicina Interna, con máster en Epidemiología, dice que el sistema inmune se encarga de la defensa de nuestro organismo ante antígenos, que pueden ser virus bacterias o sustancias químicas o tóxicas, que al entrar y multiplicarse dentro del cuerpo producirán una respuesta inmunológica que suele ser la base para el desarrollo de una enfermedad.

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“Al reconocer un antígeno el sistema inmunitario, lo ataca, a esto se le llama respuesta inmune, parte de esta respuesta es producir anticuerpos, que son proteínas que actúan para atacar, debilitar y destruir antígenos. Los anticuerpos funcionan como la memoria del sistema inmune. Si el cuerpo es atacado nuevamente por el mismo antígeno, el sistema lo reconoce, envía esos anticuerpos para vencer mucho más rápido el antígeno que ataca, es debido a esto que adquirimos defensas contra virus o bacterias que en primer contacto nos causaron enfermedad”, comenta Caballero, quien además es docente de la Unah.

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Hacer ejercicio es beneficioso para el sistema inmunológico.


Trastornos

El sistema inmulógico puede llegar a sufrir numerosos y diversos trastornos. Los defectos que impiden el funcionamiento total o parcial del sistema inmune, las llamadas inmunodeficiencias. En casos extremos, esto se traduce en infecciones graves y reiteradas que ponen en serio riesgo la vida.

Otras enfermedades que afectan corresponden a un grupo en el cual el sistema inmune funciona, pero muy descoordinadamente, produciendo daño a los tejidos de la persona que lo sufre.

Por ejemplo, provocando las alergias, el asma alérgica y las enfermedades autoinmunes, en las cuales el sistema inmune (agresivo y destructivo por naturaleza) se confunde y reacciona destruyendo los tejidos propios, ocasionando enfermedades como la diabetes mellitus tipo I (o juvenil) , artritis reumatoide, lupus eritematoso, enfermedad celíaca, lepra, pénfigo vulgar, tiroiditis autoinmune, esclerosis múltiple, cirrosis biliar primaria, miastenia grave, hepatitis autoinmune, entre otras enfermedades.

En caso de covid

Cuando nuestro cuerpo se enfrenta con un patógeno como es el caso del SARS COV2, el sistema inmune responde de dos maneras al mismo tiempo: la primera es la llamada respuesta innata, esta respuesta aumenta el flujo de sangre hacia la zona infectada de los vasos sanguíneos, salen células y determinadas sustancias, como proteínas y citocinas, que tratan de detener la infección.

La otra es la respuesta adaptativa, que produce anticuerpos capaces de destruir determinados microorganismos o células infectadas, esta respuesta puede demorarse en llegar entre cuatro y siete días.

Escudos protectores

VITAMINA C. Ayuda al fortalecimiento del sistema inmune y a favorecer los procesos de cicatrización y absorción del hierro, además de ser un “potente” antioxidante. La encuentra en los cítricos.

VITAMINA E. Es un poderoso antioxidante que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Los alimentos ricos en vitamina E son las nueces, las semillas, las espinacas y algunos aceites como el de girasol.

VITAMINA B6 Beneficia la producción de neurotransmisores, esenciales para el cerebro y el sistema nervioso. Contribuye al funcionamiento adecuado del sistema inmune.

EL POTASIO. Contribuye al control de la presión arterial, al mantenimiento de la contracción muscular y al buen funcionamiento de riñones y corazón. Se halla en el aguacate, sandía, espinacas y plátano.